
AVINAL es una empresa colombiana que cuenta con más de 52 años de experiencia en la producción y comercialización de huevos, gallinas y biomasa. Su enfoque en la sostenibilidad, eficiencia y transparencia la ha convertido en un referente de la industria avícola, comprometida con el bienestar animal, la autosuficiencia energética y la regeneración ambiental.
La compañía opera cuatro granjas y cuenta con 2,7 millones de aves entre levante y postura. Juan Peláez, gerente general de AVINAL, destacó en una entrevista para Valora Analitik que la empresa tiene una alta productividad, con 1,6 millones de huevos diarios y una comercialización anual de aproximadamente 620 millones de unidades.
En cuanto a la volatilidad del precio del huevo, Peláez señaló que el principal factor es el costo de producción, donde el 70 % corresponde a la alimentación de las aves. «El alimento balanceado se compone en un 50 % de maíz y en un 30 % de torta de soya, productos sujetos a la oferta global. Si hay una mala cosecha, los precios del maíz y la soya aumentan, lo que encarece el huevo. Asimismo, las restricciones en el transporte de carga pueden elevar los costos en el país», explicó. También mencionó que la tasa de cambio influye en el precio: «Si el peso se revalúa, el costo del huevo disminuye; si se devalúa, el precio aumenta».

Peláez también enfatizó el papel de la oferta y la demanda en la fijación de precios. En Colombia, la producción puede variar según el ciclo de vida de las aves. «Cuando ingresan al ciclo y alcanzan las 20 semanas, empiezan a producir más huevos. Sin embargo, si ocurre un evento sanitario que afecte a las aves, la oferta disminuye y el precio del huevo se incrementa», explicó.
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Otro aspecto relevante es la clasificación de los huevos según su tamaño, determinado por la edad de las gallinas. «Las más jóvenes ponen huevos más pequeños, mientras que las maduras producen los más grandes. En Colombia, una norma regula el peso del huevo y su clasificación, que inicia con el tipo C, destinado principalmente a la pasteurización, seguido por las categorías B, A, AA, AAA y Jumbo. Este último supera los 78 gramos y es el de mayor tamaño», detalló el ejecutivo.
Finalmente, Peláez subrayó la importancia de la frescura en la distribución del producto. «Un huevo fresco mantiene su estructura al romperse y su yema es alta. Para nosotros, garantizar esta calidad es clave no solo por la experiencia del consumidor, sino también por razones de sostenibilidad. Reducir la huella de carbono implica minimizar el riesgo de quiebres durante el transporte, lo que nos motiva a ubicar nuestras granjas cerca de los centros de consumo y consolidarnos como una compañía regional», concluyó.