Wgsn, la compañía enfocada en el pronóstico de tendencias, publicó las tendencias de comportamiento del consumidor y desarrollo de producto para 2021 y en adelante.
Según la compañía, estas tendencias marcarán la futura dirección de la estrategia corporativa, el diseño de producto y experiencias en los sectores de la moda, belleza, estilo de vida, interiorismo y alimentación y bebidas. La investigación de Wgsn concluye que los veloces cambios derivados de la Covid-19 influyeron en lo que el público priorizará y valorará el próximo año y en adelante.
“Para pronosticar nuestras tendencias, nuestro enfoque se centra en el consumidor”, afirma Bethan Ryder, directora editorial de Wgsn. “De la mano de nuestros expertos globales y de nuestro análisis de datos, identificamos las necesidades y demandas del consumidor, ayudando así a las marcas a crear productos innovadores con un potencial global. Estas tendencias para 2021 reflejan los cambios sociales, sobre todo la aceleración tecnológica y la necesidad apremiante de soluciones más sostenibles”.
Valora Analitik habló con Bethan Ryder, directora editorial de Wgsn para conocer más detalles sobre las tendencias clave para 2021 desde el punto de vista del consumo:
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Valora Analitik (V.A.): Dentro de toda la investigación en este tiempo, identificando qué tendencias se han mantenido, cuáles no y cuáles se eliminaron por completo, ¿cuáles son esas tres que ustedes rescatan más de todo ese proceso?
Bethan Ryder (B.R.): La parte de la digitalización es una de las cosas que se acelera, sobre todo en Latinoamérica, que estábamos muy acostumbrados a ir a las tiendas en físico, tomar el día cuándo visitábamos el centro comercial. Era una cuestión de un destino, un destino en donde podíamos ir a cine, podíamos tener otras actividades de consumir, de comer algo, de que los niños tenían espacios para jugar y de más; entonces esta idea de voltear la cara a tener todo digitalizado, hace que las compras, que el e-commerce, sea una de las herramientas que me da una solución para cuando no puedo salir.
Que la parte de las escuelas, la parte del entretenimiento se vuelva también virtual. Ese sí que fue un cambio muy acelerado que no estábamos esperando. Sin embargo, una vez que el consumidor se acostumbra a esto, es algo que continúa sin perder el balance, es algo que va a tener cierto peso, va a tener como un balance distinto al que estábamos acostumbrados en 2019.
V.A.: Al inicio de la pandemia, cuando la mayoría de los países decretaron el confinamiento, hubo un crecimiento acelerado y exagerado del consumo. Las personas acumulaban productos, pero a medida que fue avanzando el tiempo y disminuyendo los ingresos, ese consumo también se fue desacelerando. ¿Ustedes cómo vieron esta tendencia, y qué pudo haber marcado esa diferencia entre una situación y otra?
B.R.: Bueno, definitivamente, la desinformación fue clave para ello. En el papel de Wgsn viene una nota sobre esta parte de la desinformación, que está más generada en la búsqueda de la verdad. Entonces cuándo había mucha desinformación lo que se creó fue un pánico colectivo y, por ahí todos se fueron a abastecer de todos los productos.
¿Qué pasa cuando ya no tenemos el incentivo? Hay muchas personas que perdieron su trabajo y de más, entonces se dan cuenta que tienen que parar ese tipo de compras o hacerlas las limitadas o específicas, necesarias y esenciales.
También se ve una idea de la incertidumbre en cuanto a no saber si continúan los puestos de trabajo, cómo conseguir un nuevo trabajo, cómo acomodar los gastos del hogar. Y también existe esta búsqueda por “no quiero salir tantas veces”, entonces también hubo un balance, en dónde hasta las mismas marcas tuvieron que adaptar muchas de las cuestiones de sus productos y de más.
Es decir, la parte del ámbito de la belleza, por ejemplo, pensando en preocuparme por la salud, en cómo adopto o doy un valor agregado a mis productos, ofrecían varios productos por un solo precio, multiusos o que sean más versátiles.
Pues al final si hubo como un balance de “ok, si quiero tener un abastecimiento, pero las cosas que son super esenciales voy a comprar más de eso”. Después, muchas de las cosas se fueron a decisiones más emocionales, de qué es lo que voy a adquirir y comprar, nuevas tendencias desde entretenimiento hasta artesanías en casa, juegos con los niños, y cosas que hacían la congragación en la casa más llevadera y más entretenida.
YS: El e-commerce ha tomado un fuerte impulso en esta contingencia, ¿cómo ven esta tendencia del comercio electrónico?, ¿cómo esperan evolucione en un mediano plazo?
B.R: Algunos números le apuntan a que el crecimiento del e-commerce sea de un 25 % de las compras a partir de 2024, aproximadamente; es decir va a representar un valor bastante grande de lo que nosotros consumimos.
Se estima que haya un balance al regresar a las tiendas físicas, porque hay cosas que solo se pueden comprar en persona. Pero habrá un 20 % o 25 % que se quede con esta porción del pastel, hablando de las compras online.
V.A.: El crecimiento del e-commerce ha ido desplazando paulatinamente el uso del efectivo, pero para reemplazarlo del todo hay un sistema detrás que no es fácil de cambiar de la noche a la mañana. ¿Cuál es la estimación que tienen sobre el reemplazo del efectivo por los medios de pago digitales y electrónicos en Latinoamérica?
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B.R.: Eso definitivamente es algo que llega para quedarse, toda la idea de pagos online, aplicaciones que me ayudan a hacer este pago de manera más orgánica, más factible, más rápida, también se adaptan para eso. Al igual que muchos servicios financieros que son creados para un público, que puedan ser de pronto los más jóvenes y que no tienen un poder adquisitivo que tenían otras generaciones como la “X” y la generación posguerra. Hay que ser muy realistas en que los sueldos se han reducido y, que las posibilidades para tener cosas son más difíciles en este momento y que los servicios financieros se han estado adaptando en todos estos momentos, para ser cuestiones que sean más versátiles, más prácticas y fáciles también de que no genere una cadena de deuda a corto o largo plazo.
YS: En Colombia hemos pasado por tres jornadas de excepción de IVA, para buscar la reactivación de consumo y ayudar a aumentar ventas e ingresos en este sector. ¿Estas medidas ayudan realmente a construir un consumo más alto que se mantenga o son solamente medidas estacionales que a largo plazo no tienen un impacto importante?
B.R.: En términos globales creo que todos los apoyos que han dado los gobiernos, así hayan sido mínimos, sí han aportado un crecimiento inmediato, como ese engrane que hace que se mueva la economía local.
Entonces creo que es algo que definitivamente estimula la compra. Cuando la gente tiene dinero le pica en el bolsillo y en Latinoamérica la tendencia casi siempre está en que ese dinero se gasta, lo que hace que el consumo tenga un buen beneficio.
V.A.: ¿Cuáles son las tendencias que ven para 2021?, ¿cómo están viendo el comportamiento del consumo para el nuevo año?
R.B.: Bueno, prácticamente una conclusión que nosotros tenemos por acá en justamente este reporte que se llama “El Value Shift”, adaptarse y evolucionar. Por ahí la doctora Margaret Harris, menciona que la gente tiene una creencia un poco “Hollywoodense” de una vacuna, en dónde los científicos nos las van a mandar y Bratt Pit nos las va a inyectar, y todos nos salvaremos.
Pero hay gráficas que evidencian cómo pasan las fases de esta pandemia y creo que, si nos ponemos a recordar las fases de cómo estábamos emocionalmente: en la uno (marzo-abril) estábamos con miedo y pánico, en la fase dos con tranquilidad, y en la tres como llenos de aprendizajes y reflexiones que creo es donde estamos. Luego vendrá la fase de reconstrucción y compromiso.
En todas estas fases, la una reacción negativa que tienen las personas es en la uno; posterior a ello creo que, como seres humanos, nos adaptamos y tratamos de solucionar con lo que tenemos. Entonces, si bien la vacuna es algo super positivo, todavía no hemos salido, pero estamos en un mejor momento. A lo mejor estamos entre el aprendizaje y un poquito ya en la reconstrucción y el compromiso de cómo mejoramos.
Hay que decir que Wgsn ve algunas tendencias específicas de consumo para el año nuevo:
Huevos sin gallinas: los nuevos sustitutos del huevo que imitan el aspecto, sabor y versatilidad de los huevos auténticos, pero que están elaborados con ingredientes como soja verde mungo, soja corriente y garbanzos, serán una de las alternativas veganas que más rápido crecerán.
A.I. Aqua: este color de inspiración tecnológica, pronosticado en 2019 en colaboración con Coloro, tendrá buena acogida en una época donde prima lo digital. Se vería en moda, interiorismo y dispositivos tecnológicos.
Influencers genuinos: los influencers cada vez se inclinarán más hacia la difusión de información verdadera en un ecosistema desbordado por las noticias falsas. Estas nuevas narrativas serias no se enfocarán tanto en la publicidad, sino en el contenido de igual a igual donde importe más la información que los ‘me gusta’.
Mascarillas para mandíbula y cuello: debido a que pasamos más tiempo mirando hacia abajo a nuestros dispositivos, los tratamientos cosméticos para mandíbula y cuello cobrarán importancia tanto para consumidores como para especialistas, lo que dará lugar a unos productos que brinden resultados profesionales.
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Digisexualidad: las relaciones románticas con la tecnología se normalizarán, dado que el mundo digital gana terreno rápidamente debido a la pandemia –una etapa donde la gente se apoyó en la tecnología para experimentar el amor, la intimidad y el respaldo.
Micelio: los hongos ya son un ingrediente clave en los productos de belleza, pero ahora el micelio (el aparato vegetativo de los hongos, que está constituido por hifas en forma de filamentos), también se está utilizando como alternativa al cuero en la moda.
El sneaker circular: el desarrollo de un calzado para correr sostenible y de residuo cero se está convirtiendo en la “carrera especial” de las grandes marcas deportivas.
Bebidas moleculares: el sector científico-tecnológico está creando bebidas innovadoras que no están elaboradas de granos, uvas o legumbres, sino de una meticulosa composición de moléculas.
Del CBD al CBN: el interés en los cannabinoides continúa y abre paso a nuevos compuestos para 2021. Es el momento del CBN, cuyas potentes propiedades sedativas son muy relevantes en una época marcada por la ansiedad y el insomnio a causa del coronavirus.
Robots mascota: los animales de compañía tecnológicos evolucionan para combatir la soledad, brindar una conexión social y dar la bienvenida cuando se llega a casa.
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