Estas son las diez apuestas generales del POT de Bogotá 2022-2035

La Alcaldía de Bogotá radicó, este lunes, ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el documento del POT de Bogotá.

Foto: Cortesía Alcaldía de Bogotá

La Alcaldía de Bogotá radicó, este lunes, ante la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), el documento del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la capital. Para más información de infraestructura haga clic aquí.

El POT llamado, ‘El renacer de Bogotá 2022-2035’, tiene diez apuestas generales y busca consolidar, reactivar, reverdecer y recuperar la ciudad, tal y como lo expuso la alcaldesa, Claudia López.

El proyecto también espera garantizar la inclusión social, productiva y política de la ciudad.

Conozca aquí el decálogo en el que se enmarca el POT de Bogotá:

  1. La ciudad de la productividad después del incremento del desempleo

Este POT de Bogotá crea por primera vez un tipo de suelo que se llama servicios metropolitanos, con el propósito de que la industria pesada y la de los servicios del Siglo XXI no tengan que competir por el suelo.

El POT delimita las zonas deficitarias y las zonas superavitarias en términos de empleo, equipamientos, espacio público, servicios y altura, entre otros. En las deficitarias, genera instrumentos económicos y de norma urbana para que llegue la actividad económica.

También, el plan crea incentivos urbanísticos y económicos de localización, es decir, motivos para que el mismo mercado inmobiliario se encargue de desarrollar las zonas deficitarias. Todo el proyecto Reverdecer del Sur tendrá suelos de servicios metropolitanos porque habrá incentivos para ubicarse allí y desarrollar el área.

  1. La ciudad de la inclusión socioeconómica después del aumento de la pobreza

El POT de Bogotá pretende territorializar el cuidado, consolidando una red distrital de equipamientos, que reducen desigualdades, especialmente para las mujeres, quienes se han dedicado a las labores del cuidado. En este plan se eliminan las restricciones para localizar equipamientos, por lo que todo el suelo de la ciudad queda habilitado para este fin, lo que permitirá que los servicios se pueden ubicar en donde la ciudadanía los necesite.

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Otro aspecto es que, además de suelo, el plan ofrece incentivos para generar y aprovechar la aglomeración de servicios en áreas con demanda de vivienda o de actividades. “Para una familia es mucho más fácil acceder al sistema de cuidado si el colegio, la lavandería y el jardín infantil quedan cerca de donde viven”, precisó la alcaldesa.

El POT también crea una norma urbana para las zonas de mejoramiento integral de barrios.

  1. La ciudad del espacio público y el aire libre después del aislamiento

El plan promueve la creación de nuevos corredores verdes. Interviene el espacio público para transformar la movilidad con sistemas de transporte de alta y media capacidad, genera la micromovilidad y movilidad activa.

Plantea la posibilidad de rediseñar algunas vías para que los peatones y los ciclistas tengan más y mejor espacio, que respiren un aire más limpio no sólo porque hay más árboles, sino porque hay menos polución. “Que los pasajeros del transporte público lleguen más rápido a su destino, vayan más cómodos, y que puedan cambiar de modo de transporte con facilidad”, señaló la mandataria distrital.

El POT plantea la consolidación de calles completas con condiciones urbanas que invitan a las personas a disfrutar el espacio público y el transporte sostenible. Promueve los barrios vitales como una estrategia de intervención para contribuir con la mejora de las condiciones del ambiente urbano.

  1. La ciudad del reverdecimiento después del endurecimiento

La protección de la estructura ecológica principal se convierte en innegociable. En coherencia, el POT ordena la ciudad alrededor de esta estructura vital. Su mandato es protegerla, renaturalizarla, reconectarla y consolidarla.

El POT mantiene la integridad de la pieza rural del norte y la delimitación de la Reserva Thomas van der Hammen. Crea la red de parques del río Bogotá para actividades compatibles con su vocación ecológica y usos. Y plantea proyectos que aportan a consolidar los bordes y a contener la urbanización informal con lógica de productividad.

Se ordena, por norma urbana, que una parte de los parques que se endurecieron se vuelvan a reverdecer. Y se crean equivalencias para facilitar el reverdecimiento de la ciudad: se pueden plantar árboles, habilitar superficies verdes naturales o instalar fachadas o cubiertas verdes. “Reverdecer, son cinco acciones concretas que cualquier persona puede hacer: separar y reutilizar, sembrar huerta, sembrar un jardín, plantar un árbol y cuidar un bosque”, indicó López.

  1. La ciudad de la descarbonización después del diésel y la contaminación

El POT de Bogotá traduce a norma urbana las metas a las que la actual administración distrital propuso en el Plan de Acción Climático. El proyecto propone un sistema de movilidad descarbonizado, que permita dejar de quemar combustibles fósiles y usar energías limpias y sostenibles.

Propicia el sistema de transporte público eléctrico y el de carga a gas. Y “transforma la ciudad para que la gente pueda movilizarse cada vez más a pie, en bicicleta u otros medios de micromovilidad”, apunto la funcionaria.

“Este es el POT que acaba con la dependencia del bus diésel como base de nuestro sistema de transporte. Que le propone a la ciudad que su sistema de transporte se base en una red de metro urbana y regional y no en troncales de buses diésel. Una ciudad región de diez millones de personas que no centra su movilidad pública en buses, eso no es viable”, explicó la alcaldesa Mayor de Bogotá.

  1. La ciudad de la red metro y multimodal después de la dependencia del bus

La ciudad lleva más de 80 años dependiendo del bus y en los próximos 15 años se espera ponerlo en sus justas proporciones. Con la red de Metro regional, Bogotá tendrá al menos líneas de Metro.

La primera, que está en construcción entre Bosa y la Calle 72; la segunda desde la Calle 72 hacia Suba y Engativá; la tercera desde Soacha, pasando por Bosa, Ciudad Bolívar, Tunjuelito y llega hasta el centro ampliado; la cuarta desde Usme hasta la Calle 63 por la Avenida Boyacá; y la quinta, también por la Avenida Boyacá desde la calle 63 hasta la Calle 200.

Además, contará con la conexión de los Regiotram de Occidente y del Norte, y seis cables aéreos: 1) San Cristóbal Altamira y ramal Juan Rey, 2) Soacha ciudadela Sucre Sierra Morena fase II, 3) Tres Esquinas (Potosí-Sierra Morena) Soacha Cazuca Sierra Morena- fase I, 4) Reencuentro- Monserrate – Santa Fe, 5) Usaquén El Codito, 6) San Rafael – La Calera.

  1. La ciudad del peatón y la bicicleta después del reinado del automotor

En las últimas décadas Bogotá creció en función del carro. Ahora, el POT buscará una ciudad a escala humana, diseñada para moverse a pie, en bicicleta, en patineta, en transporte público sostenible, eficiente y cómodo.

Este POT impulsa la creación de un sistema peatonal y de caminabilidad, con norma, estándares y conectividad. Le facilita al Distrito hacer andenes y espacios públicos de calidad, con corredores verdes, seguros para todos.

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“Igualmente, poco a poco, los bogotanos irán disfrutando de una red de Metro, trenes regionales, líneas de cable y una red de ciclorrutas cada vez más extensa, segura y mejor conectada”, manifestó Claudia López.

  1. La ciudad de la mujer y el cuidado después del maltrato y la indiferencia

El POT de Bogotá plantea la estructura funcional del cuidado y las manzanas del cuidado se institucionalizan y se priorizan en la organización del suelo cercano a los nodos principales de transporte. Esto estima que las mujeres estén más seguras, “lo que mejorará su calidad de vida, la de sus familias y la productividad de la ciudad”, según lo que expuso la mandataria distrital.

  1. La ciudad ecourbana e integrada después de la ciudad insostenible y segregada

El POT reorganiza el territorio urbano en 32 Unidades de Planeación Local (UPL), en las que sus habitantes no estén condenados a hacer largos viajes para desempañar sus labores o acceder a los servicios que ofrece la ciudad.

De esta manera, el Plan define unas UPL receptoras de soporte, cuidado y empleo, y otras UPL receptoras de viviendas (VIS y VIP) que por medio de cargas y obligaciones urbanísticas impulsarán la ciudad de la proximidad.

Uno de los principios fundamentales de proximidad y de la escala humana es la mezcla de usos y actividades. Por eso, el POT trae una mezcla de usos con normas claras, que dejan en ciertos sitios los usos de mayor impacto, pero que también define las acciones de mitigación y compensación que se deben adelantar para garantizar la calidad de vida de los vecinos y reducir los efectos negativos de algunas actividades.

De acuerdo con López, “el POT de Bogotá determina que en los primeros pisos no habrá paredes ciegas, ni culatas, ni parqueaderos, ni rejas, sino almacenes, restaurantes, peluquerías, o ventanas que miren hacia la calle, que propicien una vida de barrio. Promueve una ciudad ecourbana, con economías circulares, con energías renovables, techos verdes y jardines verticales”.

Este es un Plan que le indica a los constructores, desarrolladores y en general al mercado inmobiliario qué puede hacer y qué no, con un marco normativo que busca brindar estabilidad y garantías. Tiene lineamientos claros para que los particulares hagan proyectos que le sirvan a la ciudad. En cualquier caso, si se quiere construir más, se debe compensar a la ciudad y garantizar más y mejor urbanismo.

  1. La ciudad que se aproxima, se integra y por fin se hace región

El POT trabaja con Cundinamarca y en construir la Región Metropolitana. Define mecanismos que protegen las estructuras ecológicas, tanto principal como regional; planifica viviendas futuras, armoniza el espacio construido, protege el río Bogotá y trabaja por la seguridad alimentaria y el comercio de productos rurales que apoyen a campesinos de la región.

Prioriza megaproyectos viales y de transporte estratégicos, que solo se pueden realizar de manera conjunta como región: la Avenida Longitud de Occidente (ALO) Sur, la ALO Centro, Calle 80, Calle 63, Calle 13, Autopista Sur y salida al Llano.

En el norte, entradas como la Carrera 7, la Autopista Norte y Avenida Suba-Cota. Planifica la inserción de los Regiotram del Norte y de Occidente dentro de Bogotá y revitaliza los sectores de influencia. Por último, lleva el Metro a Soacha, Chía y Cota.

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La Estructura Ecológica Principal (EEP) es la directriz de este ordenamiento. Es una de las tres estructuras del Plan, base y sustento de toda la formulación. Mientras que el Decreto 190 de 2004 (POT vigente) definió 94.925,86 hectáreas de EEP, este POT propone 120.290,89 hectáreas, lo que significa un aumento de 21 % en el área total.

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