EPM informó hoy que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó dos informes técnicos del proyecto hidroeléctrico Ituango con fecha de corte agosto 2018 y marzo de 2019, en los que da a conocer, entre otros, la evaluación de las acciones críticas del proyecto, revisa los cronogramas y los potenciales riesgos o complejidades que se pudieran presentar y hace un diagnóstico sobre la seguridad de la infraestructura.
Sin embargo, afirma que estos documentos que fueron realizados por una comisión independiente de expertos internacionales contratados por BID Invest no incluyen el análisis de las actividades efectuadas por EPM desde principios de marzo hasta agosto de 2019, “por lo cual es importante precisar, en relación con la información publicada, que al momento de la publicación del segundo informe en cuestión, EPM todavía estaba evacuando el agua de la casa de máquinas y no se había avanzado en la revisión, estabilización y limpieza de la caverna”.
Aunque los expertos señalaban en ese entonces que las conducciones 3 y 4 (para EPM 7 y 8), posiblemente estaban en estado crítico; con el paso de las semanas, EPM -luego de los estudios- determinó que estas se encontraban estables. Adicionalmente, se contrató una inspección detallada con la firma Hibbard Insshore, la cual revisó el estado de las captaciones y las encontró estables y en buen estado, destacó EPM en su comunicado.
Los expertos además dictaminaron que: “en los portales de los túneles de desviación originales la estabilidad del talud, ubicado en la parte superior de estos, era crítica”.
“Al respecto, es importante precisar que la estabilidad superficial de estos taludes no interfiere con la estabilidad general del macizo rocoso en profundidad. Adicionalmente, estos taludes son monitoreados desde el Centro de Monitoreo Técnico (CMT), 24 horas al día de manera continua con radares especializados que indican que estos actualmente se encuentran estables”, informó EPM.
Sin embargo, dadas las condiciones de la zona, se presentan pequeños desprendimientos superficiales esporádicos ocasionados por las lluvias, los cuales no comprometen la estabilidad general de la ladera. Actualmente, los taludes tienden a alcanzar la pendiente natural de esta última, concluyó la compañía.
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