Se espera que las ventas de comercio electrónico crezcan hasta un 35% este año debido a la segunda ola de la pandemia.
En la época de Covid-19, las compras en línea han pasado de ser de un placer culpable a una precaución de seguridad. Según un estudio de Deloitte, se espera que las ventas de comercio electrónico crezcan hasta un 35% este año debido a la segunda ola de la pandemia, que surge con toda su fuerza y las inclemencias del clima.
Combinado con los días festivos y las recientes ofertas del Black Friday /Cyber Monday, más gente está comprando en línea que nunca antes, según un informe de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, las ventas hechas a través de e-commerce el Black Friday alcanzaron los $320.000 millones.
Si bien esto es una ventaja para el comercio electrónico, también es una oportunidad para que los estafadores cometan robo de identidad y fraude de cuentas nuevas.
No sólo hay más blancos, sino que muchos de estos clientes son nuevos en las compras en línea y por lo tanto son más susceptibles a estos tipos de estafa. Es la temporada para que las instituciones financieras estén más atentas que nunca a la protección de sus clientes.
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La investigación de seguridad de Kaspersky reportó un 9% de incremento en la actividad fraudulenta, antes de las ventas del Black Friday. Sólo en el período comprendido entre el 29 de octubre y el 18 de noviembre, la empresa de seguridad cibernética detectó 196 ataques de phishing por minuto en América Latina.
Esta es la táctica más utilizada para robar las credenciales de las víctimas (logins y contraseñas) y tarjetas de clonación, al acceder a servicios en línea como el e- commerce. Los usuarios deben estar siempre alerta, sobre todo cuando hay grandes promociones de venta, ya que las que se realizan en temporada de vacaciones, son las fechas más concurridas para los ciberdelincuentes que buscan sacar provecho del robo de datos personales, números de tarjetas de crédito o credenciales de cuentas bancarias.
Una alternativa en el mercado es aprovechar proveedores como es el caso de BioCatch, una firma que utiliza su solución biometría conductual, líder en la industria, para detectar comportamientos sospechosos, indicadores de fraude en tiempo real y evitar la apertura de cuentas fraudulentas.