A propósito de elecciones en Venezuela que tendrán lugar mañana, 28 de julio, el próximo presidente del país tendrá que lidiar con uno de los mayores retos de los últimos años, que también se ha vuelto un problema regional: la migración.
De acuerdo con un informe de Control Risk, el número de migrantes que cruzan el Tapón del Darién se duplicó significativamente entre 2022 y 2023, cuando más de 520.000 personas emprendieron el peligroso viaje.
Las tasas de migración se han mantenido altas en 2024, pues entre enero y mayo, el Servicio de Migración de Panamá reportó un poco más de extranjeros que pasaron por la zona que en el mismo período de 2023.
“Una nueva oleada de emigración desde Venezuela ha estado impulsando la tendencia: el país representó el 65 % de los que cruzaron a Panamá este año”, dice la investigación.
Esto refleja las persistentes dificultades económicas en Venezuela, donde la inversión se disparó a finales de 2022 y principios de 2023 (aunque desde entonces ha disminuido considerablemente, la inversión anualizada se situó en el 68 % en junio).
¿Qué se espera para la migración tras las elecciones en Venezuela?
Mañana Nicolás Maduro busca perpetuarse en la presidencia de Venezuela por otros seis años más, pero su contrincante, Edmundo González, también viene ganando un terreno importante en la carrera.
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Control Risk advierte que los acontecimientos políticos y geopolíticos regionales desempeñarán un papel importante en la configuración de los flujos migratorios durante el resto del año y que las elecciones presidenciales de Venezuela corren el riesgo de desencadenar otra oleada masiva de emigración.
“Encuestas recientes sugieren que otro millón de personas considerarán abandonar el país si el presidente Nicolás Maduro manipula el resultado para permanecer en el poder”, destacan.
Sumado a esto, la campaña presidencial en Estados Unidos también dará forma a la dinámica migratoria.
Y es que, según los expertos, una segunda administración del expresidente Donald Trump marcaría el comienzo de políticas fronterizas más estrictas en Estados Unidos, alentando aún más la migración hacia el norte.
Al mismo tiempo, “la administración del presidente Joe Biden continuará presionando a los gobiernos regionales para que tomen medidas más enérgicas para limitar la de personas hacia la frontera con los Estados Unidos. Sin embargo, es probable que este enfoque reactivo no haga más que exacerbar los riesgos a los que se enfrentan los migrantes y reforzar el control del crimen organizado sobre las rutas migratorias”, resalta el reporte.
El auge de la migración ha provocado una crisis humanitaria y un deterioro de las condiciones de seguridad en partes del norte de Colombia y Panamá.
Dada la falta de presencia estatal en la frontera entre ambos países, los esfuerzos de las autoridades para proporcionar alimentos, agua potable y atención médica han sido inadecuados. Además, los centros de recepción de migrantes en ambos países tienen recursos limitados, lo que a menudo deja a los migrantes en condiciones inseguras.