Ecuador elige su próximo presidente en una apretada disputa entre Andrés Arauz (Alianza País) y Guillermo Lasso (Movimiento Creo). Quien gane las elecciones para suceder a Lenín Moreno tendrá el reto de recuperar la economía.
El PIB del país cayó 7,8 % en 2020 por los embates de la pandemia y la proporción de personas que viven en condición de pobreza es del 35 % de la población. Las cuentas del Estado no consiguen marcar en positivo y el Gobierno implementa una política de austeridad por la deuda pública de US$63.163 millones, equivalente al 62,9 % del PIB.
De acuerdo con el reporte que entregó en enero el Ministerio de Finanzas, el peso de la deuda ha crecido año a año desde 2011, un panorama que se hace más complicado por la deuda externa del país con sus acreedores internacionales.
Ecuador adquirió un crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en marzo de 2019 por US$4.200 millones. Sin embargo, de este solo se desembolsó una proporción. Luego, en septiembre de 2020 se otorgó un nuevo préstamo de US$6.500 millones a 27 meses. De ese ya se desembolsaron US$2.000 millones.
Esa decisión de Moreno de acudir al FMI fue uno de los motivos que alentó las protestas de 2019 contra su Gobierno, movilizaciones que presionaron al Ejecutivo a mover su sede administrativa a Guayaquil cuando los manifestantes se hicieron presentes ante el palacio presidencial en Quito.
Un antecedente que deja en evidencia el descontento de los ecuatorianos con la economía del país, asunto clave que deberá atender quien gane estas elecciones presidenciales, Andrés Arauz o Guillermo Lasso.
Franklin Ramírez, profesor investigador de Flacso Ecuador, afirma que “los términos de Moreno ahorcaron la economía por la austeridad en un momento que la sociedad requiere estímulo económico”.
Pareciera que, así llegue Arauz o Lasso a la Presidencia, el país podría revisar los términos de los préstamos con sus acreedores internacionales. Andres Arauz, incluso, ya ha hablado de una renegociación con el FMI, lo que podría resultar en un esquema similar al que aplicó Alberto Fernández al llegar a la Presidencia de Argentina con ese organismo internacional.
En el pasado, Guillermo Lasso aprobó las políticas de austeridad de Moreno. Otto Sonnenholzner, quien fue su vicepresidente hasta julio de 2020, pidió respaldar a Lasso en las elecciones para “no volver al autoritarismo”. Ese candidato también podría buscar la negociación con el FMI.
Las encuestas muestran un apretado resultado para esta segunda vuelta. La mayoría de los sondeos apuntan al triunfo de Arauz por un estrecho margen, que resultaría en el regreso del correísmo al Ejecutivo después de cuatro años de una accidentada distancia con el exmandatario.
Andrés Arauz es el candidato respaldado por Rafael Correa. Sin embargo, en las últimas semanas intentó desmarcarse del exmandatario. Como lo indicó Arianna Tanca, politóloga de la Universidad de Casa Grande de Guayaquil, “el correísmo es una mochila pesada que lleva a cuestas”.
Su ideología política tiene tintes más progresistas, mientras que la de su oponente, Lasso, está más enmarcada en el centro. “Una de las dimensiones que se juega este domingo es cierta recomposición de los bloques regionales, podría regresar una perspectiva más latinoamericanista”, dice Franklin Ramírez.
Y es que el poder en Latinoamérica está en una fase de reconfiguración. En noviembre de 2020 regresó la izquierda al Ejecutivo de Bolivia con Luis Arce y Perú también celebra elecciones presidenciales este domingo 11 de abril, comicios que podrían ir a segunda vuelta. De esta forma, las elecciones en Ecuador podrían marcar una nueva fase de cambios para la región.