El yack, el corazón económico de la prefectura autónoma tibetana de Aba

El gobierno, tanto a nivel local como central, ha impulsado la modernización de la cría de yak como parte de su estrategia

El yack, el corazón económico de la prefectura de Aba
El yack, el corazón económico de la prefectura de Aba. Foto: tomada de CGTN.

En las vastas llanuras de la prefectura de Aba, en la provincia de Sichuan, (China) el viento sopla con fuerza, recorriendo las altas mesetas tibetanas.

Valora Analitik viajó a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, para adentrarse a la economía de la etnia tibetana.  

Entre las montañas, miles de yaks animales robustos y de pelaje oscuro deambulan por los pastizales, están perfectamente adaptados a las duras condiciones de las mesetas, un entorno donde la altitud, el frío extremo y la escasez de pastos hacen inviable la cría de otros animales.

El yack, el centro de la economía

En Aba, muchas familias dependen del yak como su principal fuente de sustento.

En algunas áreas, más del 50 % de los ingresos familiares provienen de estos animales. Los hogares, con frecuencia, cuentan con entre 50 y 100 yaks, mientras que las familias más prósperas pueden llegar a tener hasta 300 o más.

El valor de un solo yak adulto puede oscilar entre 2.000 y 5.000 yuanes, y es ese valor el que a menudo marca la diferencia entre una buena cosecha de recursos o un invierno difícil.

La prefectura de Aba es un epicentro de esta ganadería única. Con más de un millón de yaks criados en las zonas de pastoreo de altura, es una de las principales regiones de cría en China.

La economía basada en el yack
La economía basada en el yack

La producción anual de carne de yak alcanza las 15.000 toneladas, un manjar apreciado tanto en los mercados locales como en otras partes del país.

Rica en proteínas y baja en grasa, la carne de yak está empezando a captar la atención más allá de las fronteras montañosas, impulsando un comercio que, aunque todavía pequeño, muestra un gran potencial.

Cada yak produce entre 1 y 3 litros de leche al día, que se transforma en productos esenciales como mantequilla y queso. La mantequilla, además de ser un alimento básico, tiene un profundo valor simbólico, ya que se utiliza en lámparas ceremoniales durante las festividades religiosas tibetanas.

Las mujeres tibetanas, envueltas en gruesos abrigos de lana de yak, son las encargadas de confeccionar textiles que también cuentan con una creciente demanda. Ropa, alfombras y mantas, tejidas con la lana resistente al frío de estos animales, se venden por hasta 500 yuanes cada una.

No se desperdicia nada. Incluso el estiércol de yak recolectado se utiliza como fertilizante en los campos o como combustible para las frías noches de invierno.

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Apoyo del gobierno chino

Pero esta economía no prospera sola. El gobierno, tanto a nivel local como central, ha impulsado la modernización de la cría de yak como parte de su estrategia para fomentar el desarrollo económico en las zonas rurales. En Aba, los esfuerzos se han centrado en mejorar la calidad de la carne y los productos lácteos, con el respaldo de asistencia técnica y financiera, lo que ha ampliado las oportunidades comerciales para las comunidades locales.

En los últimos años, ha invertido aproximadamente 150 millones de yuanes (unos US$21 millones) en programas de desarrollo para la cría de yak en Sichuan y las regiones tibetanas.

Esta inyección de capital ha permitido mejorar la infraestructura, modernizar las técnicas de cría y elevar la calidad de los productos derivados del yak, asegurando un mayor acceso a mercados y mejorando los ingresos de las familias que dependen de esta actividad.

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