El término de descarbonización si bien está orientado a menores emisiones de CO2, también surge de la llamada transición energética cuya necesidad radica en diversificar la canasta mundial, y en este mismo sentido, aumentar la generación de energía a partir de fuentes renovables, sin perder de vista el concepto de confiabilidad.
En Colombia contamos con una matríz energética bastante limpia, si tenemos en cuenta que la mayor parte de la generación eléctrica se ha realizado a través de recursos hídricos (aproximadamente el 70%) y su impacto en el medio ambiente es bajo. En dicha materia, nos queda un 30% donde cabe la posibilidad de renovación, más aún si tenemos en cuenta que alrededor de 2.000 MW se producen con carbón y que en las últimas subastas de cargo por confiabilidad, fueron asignados recursos a nuevas plantas basadas en dicho energético.
Nuestro país ocupa el quinto lugar en el mundo en exportación de carbón (92,3 Millones de toneladas) y el tercer país en Sur América en el que más se consume este combustible (7,5 Millones de toneladas) Históricamente el carbón ha sido utilizado para generación de energía, y según BP[i], este reporta reservas cercanas a 1 billón de toneladas, suficientes para abastecer la demanda por 132 años.
Sin embargo, la combustión del carbón genera mayores emisiones de CO2 debido a su alto contenido de carbono por unidad de energía liberada, así que si queremos alcanzar la meta en reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), tenemos la necesidad contundente de diseñar e implementar estrategias orientadas a la descarbonización.
Así las cosas, ¿qué alternativas quedan para que Colombia cumpla sus compromisos adquiridos en el acuerdo de París contribuyendo a la reducción de 0,46% de las emisiones globales, reduciendo el 50% de nuestras emisiones con base en un escenario proyectado a 2030?
Diría que, además de hacer la tarea en ese 30% de generación eléctrica y asegurar un respaldo confiable con energéticos como el gas natural, es la Industria la llamada a convertirse en un actor relevante de este propósito. Y, ¿por qué razón? Si bien el total de la industria colombiana consume gas natural en un 29%, le sigue el carbón con el 28% de participación. Lo relevante de estas cifras es que la cercanía en la participación de la canasta energética no es correspondiente a la generación de emisiones. Dicho en otras palabras ese 28% de participación del carbón nos genera 42% más de emisiones de CO2[ii].
Se requieren inversiones que mejoren los procesos productivos a través de nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia energética, principalmente en industrias como la petrolera, cementera, alimenticia y agrícola; esta última junto con el sector de silvicultura y otros usos de la tierra, generan el 50% de emisiones[iii]. Aplaudo por ejemplo, los compromisos que compañías de la industria de alimentos a nivel país, multilatinas y multinacionales establecidas en Colombia, han realizado mostrando una robusta agenda de ejecución hacia el 2030. Esto es una ardua tarea a potencializar y acelerar de forma sotenida. Una mayor eficiencia energética sumada a otras medidas como la promoción del gas natural vehicular como alternativa para la flota de transporte de este sector, permitirían avanzar en el proceso de transición energética y descarbonización hacia una producción y consumo más limpio y sostenible de la energía en nuestro país.
Son, entonces, 3 retos para irnos enfocando ante nuestro desafío país: 1) Ampliar beneficios e incentivos a favor de energéticos más sostenibles, 2) Realizar las importantes inversiones requeridas para modernizar la industria de tal manera que en sus matrices energéticas los procesos productivos se den a partir del uso de combustibles más limpios como lo es el gas natural y 3) Sustituir las flotas de transporte de carga y distribución de mercancías y productos que han cumplido su periodo de vida útil y que son altamente contaminantes por vehículos de ultima tecnología, con ahorros en consumo de energía y disminución significativa de emisiones, apoyando al mejoramiento de la calidad del aire en las carreteras (carga) y en las ciudades (transporte de última milla).
La Transportadora de Gas Internacional – TGI S.A ESP[iv] como parte del Pacto Global de las Naciones Unidas y en el marco de su nueva propuesta de valor y estrategia comercial, está lanzando un nuevo incentivo dirigido al sector industrial que, no dudo, permitirá apalancar sus proyectos de sustitución de combustibles con alto índice de contaminación por el gas natural, facilitando sus propósitos productivos, ambientales y sociales en línea con los objetivos del país. La tarea es de todos. Nuestro compromiso es mayúsculo, para asegurar no solo la transformación del negocio sino la contribución necesaria para hacer nuestro país y nuestro planeta cada día más sostenibles en beneficio de todos. Juntos lo haremos posible!
Hagamos viable la agenda por el cambio climático. Los invito a ser parte de ese desafío.
[i] Statistical Review of Energy 2019
[ii] 51,1 Kg por GJ producido en gas natural vs 98,3 Kg por GJ producido en carbón – factores de emisión de los combustibles colombianos. ACCEFYN, 2003
[iii] Los retos para alcanzar las metas de descarbonización en Colombia. Uniandes, 2020
[iv] Sobre TGI S.A. ESP. La Transportadora de Gas Internacional S.A. ESP –TGI-, filial del Grupo Energía Bogotá, es la mayor transportadora de gas en Colombia con más de 4.000 kilómetros de gasoductos, atendiendo las zonas más pobladas de Colombia tales como Bogotá, Medellín, Bucaramanga, el Eje Cafetero y el Piedemonte Llanero. Además, realiza la operación y mantenimiento de la red de gasoductos más extensa de Colombia y presta el servicio de transporte de gas natural en el interior del país. Para información acerca del producto de industria, comuníquese a [email protected]