China está dispuesto a mantener un diálogo con Estados Unidos para el nuevo periodo del presidente electo Donald Trump, sin embargo, hay un fantasma que preocupa al sudeste asiático, los aranceles.
Desde Beijing, donde hace presencia Valora Analitik, han dicho que están en la disposición de mantener un diálogo activo con Trump basado en el ‘respeto mutuo’ y el ‘desarrollo de relaciones económicas y comerciales bilaterales’.
El viceministro de Comercio de China, Wang Shouwen dejó claro que China será capaz de resolver y resistir el impacto de los choques externos. «Creemos que China y Estados Unidos pueden mantener una tendencia de desarrollo estable, saludable y sostenible en las relaciones económicas y comerciales«, dijo Wang.
No obstante, también señaló que frente a la amenaza de Trump de imponer aranceles superiores a 60 % están preparados.
«La historia reciente ha demostrado que, si un país impone aranceles a China, no resolverá el problema del déficit comercial de esa nación. Al contrario, el costo final del aumento de los aranceles lo asumirán sus consumidores», añadió.
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El plan para contrarrestar los aranceles de Trump
Frente a la reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y su impacto en el campo comercial con China, Ding Yifan, investigador del Instituto para el Desarrollo Mundial del Centro del Consejo de Estado de China, ofreció una perspectiva contundente.
Según Ding, “lo crucial para China no es competir por velocidad, sino garantizar la estabilidad económica. Un enfoque que busca reforzar la cooperación global y generar beneficios en empleo e ingresos fiscales para todos los países involucrados”.
Sobre la posibilidad de una nueva escalada en la guerra comercial, el investigador mostró confianza: «Si (Estados Unidos) insiste en mantener esta guerra comercial, estamos convencidos de que podemos ganarla. Siempre habrá comerciantes interesados en hacer negocios en lugares más convenientes con China».
Además, Ding minimizó la posibilidad de impactos negativos para China, argumentando que no habría una afectación significativa en el superávit comercial. Por el contrario, advirtió que una subida arancelaria extrema, como la idea de imponer un 60 %, podría generar serias consecuencias para la industria estadounidense, incluyendo desempleo en sectores clave del comercio exterior.
En términos estratégicos, también señaló que medidas como las restricciones en la producción de misiles o los chips avanzados no son sostenibles a largo plazo, destacando que la mayor víctima de estas políticas sería Estados Unidos. «La subida de aranceles es solo una ilusión. Habrá que ver si realmente se materializa», concluyó, subrayando que cualquier intento de desestabilizar el comercio global podría provocar un desequilibrio importante en las empresas estadounidenses.
China, por su parte, parece preparada para afrontar los desafíos, confiando en su capacidad para adaptarse y reforzar su posición como un socio confiable en el comercio internacional.
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