La coyuntura mundial, sin duda nos ha volcado a dar un giro de 180 grados, en el que el liderazgo ha tomado una mayor relevancia.
Por esta razón, Andrés Ramírez, consultor y pionero de la cátedra de felicidad, presentó su segundo libro ‘Entre Rodaderos y Escaleras’, en el que revela las líneas a seguir del nuevo concepto del liderazgo, que plantea los más recientes acontecimientos de la historia.
Entre estos está el desmitificar el concepto del líder perfecto para centrarse en la capacidad autocrítica del ser humano, medir su potencial y reflejar sus luces y sombras, que le dictarán su propio desarrollo.
Esta es la entrevista que Valora Analitik le hizo a Andrés Ramírez acerca de su nueva publicación:
Valora Analitik (V.A.): ¿Cuál fue la inspiración para escoger este tema y escribir el libro?
Andrés Ramírez (A.R.):La inspiración, la motivación de escribir un libro fue en un momento en la Universidad del Rosario, siendo docente me obligaron a estudiar porque me enseñaron que el día que yo deje de aprender tengo la obligación de dejar de enseñar. Y en ese aprendizaje estuve en una conferencia en donde alguien dijo, «Nadie debería ser profesor si no ha escrito un libro».
Porque cuando uno escribe muestra que es capaz de entregar el conocimiento, no basta con tener el conocimiento, hay que entregarlo. Y creo que la motivación principal es entregar el conocimiento y las experiencias de una década siendo docente y una década siendo consultor en el mundo del bienestar corporativo y de liderazgo.
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V.A.: ¿Cómo fue el proceso para desarrollar este libro en Colombia en medio de tanta incertidumbre?
A.R.: Ese libro entre rodaderos y escaleras, que son cinco principios del liderazgo que le llamamos el líder Smile, es un proceso de tres años de trabajo en donde vinimos desarrollando el modelo en varias organizaciones y hoy después de terminar de consolidarlo.
Lo increíble es que hoy podría escribir mucho más de cada una de las cosas que abordé, porque uno realmente aprende de algo cuando investiga sobre ese algo, cuando se interesa por ese algo.
De manera que es un proceso de tres años, realmente la escritura, viene, por supuesto, la Covid me ayudó muchísimo porque la cuarentena me permitió casi que el confinamiento intelectual, no solamente de distancia social para evitar el contagio, sino el confinamiento intelectual para poderme dedicar de lleno durante un par de meses a escribir el libro.
Curiosamente, parte de los agradecimientos en el libro son a esta pandemia y a este espacio, entendiendo que para muchas personas fue un momento de mucho dolor y parte de mi entrega es intentar acompañar el dolor que muchas personas tuvieron a partir de perder a seres queridos, de perder sus trabajos, de recibir mucha violencia.
Creo que hemos tenido como una desesperanza en algunos escenarios y eso se trata de alguna manera también de acompañar, porque inicio el concepto de liderazgo de cómo es liderarte a ti, no tienes que tener a nadie a tu cargo, no tienes ni siquiera que estar empleado, es ser responsable de tu vida, de las decisiones que tomas permanentemente.
El ser humano toma alrededor de 35.000 decisiones al día y solo somos conscientes del 1 %. El resto son inconscientes desde tomarte un vaso de agua, que desayunas, que te pones, si te lavas los dientes o no. Tenemos que vivir conscientes, y repito tomar responsabilidad sobre nuestra vida, sobre nuestras decisiones, sobre nuestros actos y asumir las consecuencias y dejar de tercerizar y victimizarnos. Eso es liberarse y ahí inicia el liderazgo con cada uno de nosotros.
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V.A.: ¿Cómo lograr que un país como Colombia vuelva a canalizar o estimule ese liderazgo que evidentemente hace mucha falta en estos días?, ¿cómo tener líderes, pero que no se convierta en fanatismo político?
A.R.: Sin duda, y también eso es parte de lo que abordo en el libro, creo que tenemos una ciudadanía absolutamente indignada, pero incapaz de emocionar. La rabia es una emoción maravillosa, pero cuando esa rabia se traduce en violencia, en golpes, en disparos, en muertes, es una rabia muy mal expresada.
La Revolución Francesa se inicia con la indignación, con la rabia, la emancipación, la liberación de la esclavitud. Inicia con la rabia, la inclusión de la mujer de todas las diferencias que tenemos los seres humanos, que además creo que estamos buscando, en que somos diferentes. Y es que, cuando yo quiero ser diferente a ti, estoy hablando desde el ego; el ego quiere ser diferente porque quiero ser mejor, y yo creo que necesitamos líderes que encuentren lo que nos une y eso son las emociones.
Pero no tenemos valores. Las emociones nos conectan con los valores y estamos reaccionando, no tomando decisiones conscientes, estamos dejándonos llevar.
Creemos que, porque alguien cometió un mal acto, yo justifico mi mal actuar, yo creo que jamás ninguno de nosotros debería justificar estas conductas por las del otro.
Aristóteles planteaba que el hombre, el ser humano, tiende al bien y creo que de alguna manera tendemos al bien, lo que debemos preguntarnos, que también desarrolló Aristóteles, es qué entendemos por el bien y creo que este concepto está muy distorsionado; debemos resignificarlo para que demos peleas, para que demos batallas, para que mostremos nuestra indignación muy bien canalizada para obtener resultados, pero nos estamos matando a nosotros mismos.
V.A.: Hablemos de uno de los cinco puntos que se abordan el libro.
A.R.: Hablemos de Smile en tu potencial, un acróstico en donde es sueña con propósito, mide tu potencial, innova permanentemente, lidera desde el corazón para entregar resultados.
¿Qué es el potencial? El potencial es lo que podríamos llegar a ser. El título del libro, y por eso escogí este este principio, nace entre rodaderos y escaleras del potencial. Hay una frase que inspiró el título, que es un libro que se llama Cartas del diablo a su sobrino de C.S. Lewis, en donde el diablo le cuenta a su sobrino que el camino al infierno es una suave pendiente. Pero lo que el diablo no le cuenta a su sobrino es que el camino al cielo también.
Creo que es fundamental que entendamos que todas nuestras decisiones son o un rodadero o una escalera, el rodadero no requiere acción y por eso genera insatisfacción, la escalera genera acción, implica esfuerzo, por eso genera satisfacción: satisfacción es bastante acción e insatisfacción es no bastante acción.
Todas las decisiones difíciles me han dado una vida fácil, y esas son las escaleras y todas las decisiones fáciles me han dado una vida difícil y esos son los rodaderos. Creo que cada uno de nosotros tiene el potencial de ser un vándalo, un asesino, como lo vimos hoy, y anoche en Bogotá y durante décadas en nuestro país, o tenemos el potencial de la divinidad.
Creo que debemos tender a lo utópico, a la belleza, a lo divino, a la justicia, a la felicidad y de alguna manera este modelo de liderazgo es que aprendamos a liderar desde la alegría, que es la única emoción que genera confianza y deja de actuar desde el miedo.
El miedo siendo maravilloso corta la confianza, anula la confianza y creo que es muy importante entender que cada uno de nosotros tiene el potencial de ser el mejor ser humano posible.
V.A.: ¿El título de escaleras y rodaderos hace referencia al juego de mesa?
A.R.: No, realmente. Conozco el juego de mesa y es símil, si subes escaleras ganas y si bajas rodaderos pierdes, y tiene, sin duda, esa connotación.
Eventualmente, no importa como muestra el juego que hayamos caído en un rodadero podemos volver a levantarnos, y eso es muy importante que entendamos: que no importa que tan bajo hayamos caído, mientras estemos vivos podemos levantarnos y creo que es un muy buen símil el del juego que tú mencionas.
Pero desde mi metáfora tenía que ver con ese el camino al infierno es una suave pendiente, lo que deduje es que el camino al cielo también, y creo que debemos caminar, repito, hacia lo utópico.
V.A.: ¿Qué tan sencillo es conseguir ese caminar hacia lo utópico desde la realidad colombiana?
A.R.: Esa es la magia, que no es sencillo porque cualquier cosa que sea fácil no la valoras, no la aprecias y las escaleras requieren de tu esfuerzo y tu dedicación diaria, de disciplina, de constancia, de amor, y sin duda no es el camino fácil. Estoy sugiriendo el camino correcto, y creo que la función no es convencer a nadie, pero sí inspirar a otros a que viva en su propio camino y descubran sus propias escaleras.
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