La diversificación de la matriz energética en Colombia ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente.
El país ha dependido históricamente de la energía hidroeléctrica y los recursos fósiles, pero el modelo ha sido vulnerable ante las variaciones climáticas y la demanda.
Según datos recientes de Naturgas, el país no podrá garantizar un suministro continuo de gas natural a partir del 1 de diciembre de 2024, con un déficit estimado del 12 % en la demanda nacional.
Este faltante se incrementaría a un 30 % entre 2025 y 2026. Paralelamente, los embalses hidroeléctricos, que abastecen más del 70 % del consumo eléctrico del país, están en niveles mínimos.
De acuerdo con Acolgen, estos se encuentran al 50 % de su capacidad, lo que genera una alarma ante la prolongada falta de lluvias.
Las oportunidades de Colombia
Seynekun, una compañía que busca desarrollar e impulsar proyectos en todo el país mediante alianzas estratégicas y el acceso a crédito (project finance) habla de potencial que tiene Colombia
Ernesto Gutierrez de Piñeres, CEO de Seynekun explica que Colombia tiene la oportunidad de ser líder regional en energías renovables, gracias a su ubicación geográfica y biodiversidad.
Según el experto, Colombia abarca una gran variedad de climas y ecosistemas, convirtiéndolo en un lugar ideal para desarrollar plantas de energía eólica y solar.
“La región Caribe cuenta con vientos constantes y fuertes, lo que la hace ideal para el desarrollo de energía eólica. Además, tanto en esta como en otras regiones del país, se presentan altos niveles de radiación solar durante todo el año, los cuales son aprovechables para la generación de energía solar”, puntualiza.
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Adicionalmente, resalta que el país cuenta con una gran biodiversidad que puede ser clave en la producción de energía a partir de residuos orgánicos.
La implementación de plantas de biogás y biometano podría ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aprovechando los residuos agroindustriales y urbanos para generar energía de manera sostenible. Este tipo de proyectos también tiene el potencial de generar empleo y promover el desarrollo rural en regiones que han sido tradicionalmente marginadas.
“La integración del biometano es determinante para empezar a transformar la matriz energética del país, especialmente como una alternativa limpia para el gas social y para sectores como el transporte masivo y el transporte de carga. Además, industrias que deben cumplir con compromisos internacionales de descarbonización encontrarán en el biometano una solución sostenible y competitiva”, agrega el experto.