El desafío de anticipar para capitalizar

El desafío consiste en anticipar eventos de riesgo pensando en cómo mitigarlos y revertirlos en positivo a medio plazo.

El desafío consiste en anticipar eventos de riesgo pensando en cómo mitigarlos y revertirlos en positivo a medio plazo, actuando con la mayor previsión posible, a partir de la consolidación de herramientas basadas en data que permitan seguir las conversaciones de interés, identificar alertas y oportunidades, y tener una gestión más rápida de los mismos.

Por: Camila Ruiz Rojas, directora de Comunicación Corporativa y Riesgos LLYC Colombia

Hace poco uno de mis colegas escribía sobre la situación de “permacrisis” y “policrisis” a la que se ven enfrentadas las Compañías actualmente, a razón del contexto de inestabilidad e inseguridad que se provoca por la existencia y confluencia de grandes acontecimientos como la recesión económica, la crisis energética, el aumento del costo de vida, la confrontación geoeconómica, la polarización social, el cibercrimen, la escasez de talento, entre otros.

Un concepto que define bien el escenario de alta incertidumbre en el que estamos viviendo y que sigue modificado la forma en la que nos relacionamos, el cómo nos informamos, trabajamos y movilizamos, lo que priorizamos, exigimos y demandamos en los diferentes espacios en los que interactuamos, pero, sobre todo, que pone sobre la mesa la necesidad de trabajar en la resiliencia reputacional, desde lo que se controla y lo que no.

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Y es que, aunque es cierto que es imposible adivinar sucesos más cuando estos no responden a ninguna secuencia histórica, ni a una cadena predecible de causas y consecuencias, también lo es que ya no se trata solo de mapear asuntos probables, sino de imaginar escenarios posibles con miras a minimizar cualquier impacto negativo.

Por ejemplo, en la conversación sobre el cambio climático y la necesidad de acelerar los esfuerzos para evitar que lleguemos al punto de no retorno, la visión de riesgo no debería pasar exclusivamente sobre la afectación que podría tener o no esta variable en la perdurabilidad del negocio, sino también por prever cómo podría un movimiento colectivo poner a prueba la conducta de la empresa si esta no está alineada con las expectativas que tienen sus clientes, empleados, accionistas y otros grupos de interés, o peor aún, porque no existe una verdadera alineación entre lo que dice y lo que hace. 

Lo mismo pasa con los temas asociados al talento, en los que usualmente la preocupación viene atada a las condiciones de los empleados en términos de remuneración y bienestar, y poco desde lo relacionado a la conexión con su propósito como un determinante de realización y productividad, o por la falta de expertise y capital en algunos campos de conocimiento específicos. Variables que, aunque tienen una probabilidad moderada de convertirse en riesgos, de hacerlo, podrían tener implicaciones significativas.

En conclusión

Reflejar la alineación con el propósito desde resultados tangibles que generen conexiones reales con los grupos de interés; identificar las causas y los propósitos comunes y desarrollar una comunicación transparente, basada en la defensa de ciertos principios; estar donde están los consumidores o las partes interesadas, teniendo como mantra la simplicidad, no porque optar por lo más sencillo sea fácil, sino porque, como nos lo han demostrado los recientes avances en las tecnologías de la información, las innovaciones más impactantes suelen surgir de conceptos fáciles de entender, de lo esencial, de lo más simple.

Sin duda, nos enfrentamos a un cambio de perspectiva que exige no solo flexibilidad y resiliencia, sino también poner sobre la mesa enfoques y herramientas diferentes a las utilizados hasta ahora, para mantener, -en el caso de las empresas-, su licencia para operar a través de su competitividad, productividad, inversión, conexión con sus grupos de interés, y, sobre todo, su reputación.

Para nadie es un secreto que el que una organización sea capaz de aprovechar las mejores oportunidades y que su visión estratégica se traduzca en crecimiento y buenos resultados no es fruto del azar, sino de una mentalidad enfocada en evolucionar, anticipar y en capitalizar los desafíos que se van presentando.

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