Luego de que Rusia decidiera llevar a cabo una incursión militar en Ucrania, varios son los efectos sobre la economía que podrían aterrizar en Colombia a cuenta del enfrentamiento.
De momento, la incursión, a cabeza de Vladimir Putin, presidente de Rusia, pone sobre el escenario varios ejes problemáticos para todas las economías y con especial preocupación para países emergentes, incluidos los de América Latina.
Un primer efecto se espera en una nueva devaluación del peso colombiano frente a las monedas más fuertes del mundo. De momento, las bolsas trabajan en rojo, lo que se traduce en que los inversionistas prefieren mantenerse conservadores a la espera de una primera solución del conflicto.
Y si bien el precio del dólar en Colombia hasta el momento estaba siendo condicionado fuertemente por el desenlace de las elecciones a Congreso y Presidencia, ahora el conflicto en territorio ucraniano va a marcar parte de la hoja de ruta, de hecho, ya se acerca a los $3.980.
Un segundo efecto, y tal vez uno de los más preocupantes, es que la guerra entre Ucrania y Rusia llegue en forma de mayor inflación para el resto de la economía mundial.
Primeros efectos
Lo anterior tiene su génesis en varios factores. De un lado, al ya saturado transporte internacional de mercancías se le impondrían nuevas restricciones de tránsito desde el este de Europa.
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Esto, mientras que algunos productos en los que Rusia es potencia exportadora van a encarecerse o simplemente dejarán de llegar, empujando a gobiernos y productores a encontrar nuevos socios comerciales, que pueden vender más caro.
Uno de estos es el trigo: Rusia es líder en la producción y suministro del alimento para el mundo. En 2021, y según registros de ese país, de las 123 millones de toneladas de cereales que produjo esa economía, 76 millones correspondieron a trigo. El grano ruso manda la parada en los mercados de gran parte de las economías del este de Europa.
Viendo el detalle de las demás relaciones de comercio internacional, a cierre del 2021, las importaciones a Colombia desde Rusia sumaron US$533,61 millones, cifra que representó un crecimiento del 124,9 % frente a 2019, según registros del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
Un punto importante a tener en cuenta en términos inflacionarios para Colombia es que, del total de importaciones desde Rusia, cerca de la mitad corresponde a compras de abonos, tanto para el tratamiento de plantaciones, como para la producción de la agricultura en general: estas suman cerca de US$206 millones.
Inflación en insumos para el agro
Y si bien por monto podría no ser una participación significativa, la coyuntura le otorga cierto protagonismo. Solamente para tener un punto de referencia, son justamente los abonos e insumos para la producción del agro una de las principales fuentes del impacto inflacionario de los alimentos en Colombia.
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, recientemente aseguró que los precios de los fertilizantes (entre los que se incluyen los abonos) han experimentado fuertes alzas de precios.
En los fertilizantes, el 51,6 % de las cotizaciones que se reciben para los productores crecieron a enero de 2022. Explicó en su momento Oviedo que, para tener un punto de referencia, el precio minorista del fertilizante Urea 46 %, de 50 kilogramos, normalmente se había cotizado en $80.000, pero, en enero de 2022, para una ciudad como Bucaramanga, se encuentra sobre los $230.000.
El Consejo Nacional de Secretarios de Agricultura de Colombia hizo, a través de Rodolfo Correa, presidente de la institución, un llamado importante en ese sentido: “La Urea como fertilizante es una mezcla de varios elementos químicos, el 42 % de lo que consume Colombia en ese sentido proviene de Rusia y de Ucrania, siendo, de ese total, Rusia el de mayor peso, con un 29 %”.
Es por esto que se siguen esperando mayores aumentos del precio de los alimentos, por lo que el llamado es a que se tomen medidas como la suspensión del IVA a la comercialización de alimentos de la canasta familiar.
Del lado de las exportaciones, Rusia en cambio no parece ser un mercado relevante para Colombia, salvo por estar convirtiéndose en un socio comercial alterno en el este de Europa. Durante el año pasado los envíos a ese país representaron cerca de US$21 millones, creciendo 14,1 %.
Al revisar los registros del Dane, y para hacer la salvedad, Colombia no tiene relaciones comerciales relevantes con Ucrania, de hecho no aparecen registros oficiales de un activo intercambio de bienes y servicios con esa nación.
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Y, finalmente, un efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania llega a Colombia en forma mayores precios del petróleo Brent. De momento, el material repunta a ritmos del 8,35 % y se sitúa en los US$104,93, dato que no se veía desde agosto de 2014.
En este punto hay que tener muy en cuenta que Colombia recibiría buenas noticias para el Plan Financiero, toda vez que la perspectiva del Gobierno es tener un barril Brent en los US$70.
De momento, varios analistas apuntan a asegurar que la confianza inversionista seguirá resentida en el corto plazo y entonces, más que antes, se esperan pronunciamientos de manos de la Reserva Federal de Estados Unidos y las nuevas perspectivas en términos de alzas de tasas de interés.