En el Palacio de Miraflores, en Caracas, el próximo 10 de enero se llevará a cabo la toma de posesión de Nicolás Maduro, quien consolidará su permanencia en el poder al proyectarse como “presidente legítimo” de Venezuela hasta 2031.
Este evento ocurre en un contexto de crisis poselectoral originada tras los comicios del pasado 28 de julio de 2024, en los que Maduro fue declarado vencedor, a pesar de las pruebas presentadas por la oposición que favorecían a su candidato, Edmundo González, como ganador. Estas tensiones han profundizado la fractura política y social tanto en Venezuela como en diversas naciones críticas del régimen de Maduro.
El gobierno de Maduro ha sido señalado por emplear medidas autoritarias para consolidar su control en el país, intensificando las acciones contra la oposición. Entre estas, destaca una orden de captura contra González, acompañada de una recompensa de US$100.000 por información sobre su paradero. El régimen acusa a González de conspiración, legitimación de capitales, usurpación de funciones y asociación para delinquir, entre otros supuestos delitos.
Reunión de Edmundo González con Javier Milei en Argentina
Previo a este evento, González ha iniciado una gira diplomática por América Latina que comenzará este sábado 4 de enero con una reunión en la Casa Rosada con el presidente argentino, Javier Milei. En este encuentro también participarán miembros de la comunidad venezolana residente en Argentina.
Es relevante señalar que Argentina ha mantenido una postura crítica frente a la reelección de Maduro, lo que ha generado tensiones bilaterales, incluyendo la reciente detención en Venezuela del policía argentino Nahuel Gallo, acusado de terrorismo por el régimen.
Tras su visita a Argentina, González tiene previsto viajar a Uruguay para reunirse con el presidente Luis Lacalle Pou, seguido de encuentros con los mandatarios de Panamá y República Dominicana. Aunque se ha mencionado un posible viaje a Estados Unidos, este aún no ha sido confirmado.
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Con esta gira, González busca obtener apoyo internacional para la oposición venezolana y visibilizar la crisis que atraviesa el país. No obstante, persisten dudas sobre el impacto real de estas acciones frente a un gobierno que mantiene un férreo control del poder.
González ha enfatizado que, al concluir cada encuentro, presentará informes sobre los resultados obtenidos, reafirmando su compromiso con la lucha por un cambio político en Venezuela. Sin embargo, queda por ver si estas iniciativas podrán traducirse en avances significativos en un entorno tan complejo y polarizado.
