La firma Fitch Ratings afirmó las calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) de largo plazo (LT) en moneda extranjera (FC) y moneda local de Chile en ‘A-‘ con una perspectiva de calificación estable.
Fueron varias aristas que impulsaron la calificación, entre los que se encuentran los fundamentos crediticios, los desafíos fiscales, la reforma de las pensiones, el proyecto de Constitución, entre otros. Lea más en noticias económicas internacionales.
En lo que respecta a los fundamentos crediticios, la firma subrayó que las calificaciones de Chile están respaldadas por “un balance soberano relativamente sólido, con deuda pública/PIB muy por debajo de sus pares, sólidos indicadores de gobernabilidad y un historial de políticas macroeconómicas creíbles centradas en un régimen de objetivos de inflación y tipo de cambio hexadecimal”.
De acuerdo con Fitch, las fortalezas en mención logran un balance con el ingreso per cápita proyectado para permanecer bajo en relación con sus pares, la alta dependencia de los productos básicos y las métricas de liquidez y apalancamiento externo más débiles.
Es de recordar que el pasado 11 de marzo comenzó un nuevo gobierno en Chile, al mando del presidente de izquierda, Gabriel Boric, quien asumió el poder con varios desafíos fiscales por delante.
El nuevo mandatario chileno prometió aumentos en el gasto social pagado a través de impuestos más altos de alrededor de cuatro puntos porcentuales del PIB, de los cuales casi un tercio provendría de mejores medidas de administración tributaria, comentó la calificadora.
“Se espera que las propuestas fiscales específicas de Boric se anuncien en junio de 2022 y es probable que incluyan un impuesto sobre el patrimonio, mayores regalías sobre la minería, una reducción de las exenciones fiscales y la ampliación del IVA a los servicios. Llegar a un consenso sobre aumentos de impuestos tan grandes en un congreso dividido podría ser un desafío”, advirtió Fitch Ratings.
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En lo que atañe al marco fiscal de mediano plazo, la administración chilena ya planteó una reducción del saldo fiscal nominal en casi 1,2% del PIB para alcanzar un déficit de 0,5% del PIB en 2026 y estabilizar la deuda/PIB en cerca del 44% del PIB desde el 36% en 2021.
Pese a lo anterior, la calificadora de riesgo señala que hay riesgos de que cualquier reforma fiscal propuesta “se diluya mientras aumenta el gasto, lo que lleva a déficits más altos de lo esperado y, en cambio, la deuda con respecto al PIB continúa aumentando”.
Una de las banderas de Boric en campaña fue la reforma integral a las pensiones, cuya propuesta formal sería presentada en septiembre de 2022.
La reforma en mención abarcaría distintos pilares, entre los que se incluiría una pensión universal de pago por uso para todos mientras se mantienen cuentas individuales (ya sean fondos públicos o de gestión privada), creando un pilar solidario y ampliando un esquema voluntario, prevé Fitch.
Sumado a lo anterior, la calificadora recordó que en marzo de 2022 la Cámara Baja propuso una cuarta ronda de retiros de pensiones, la cual recibió una contrapropuesta por parte de gobierno, la cual habría permitido retiros de pensiones más limitados para fines específicos, como el pago de hipotecas o préstamos estudiantiles.
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“Ambas propuestas no lograron ser aprobadas por el Congreso. La propuesta de reforma y posibles retiros adicionales podrían socavar los fondos de pensiones privados y provocar dislocaciones en el mercado de capitales local aun relativamente profundo de Chile”, advirtió Fitch.
A la par de la reforma de las pensiones, Chile avanza en el proceso de redactar una nueva Constitución.
“Desde la perspectiva de las calificaciones soberanas, hay una serie de áreas con posibles implicaciones crediticias, incluida la del marco institucional del gobierno, derechos de propiedad y codificación de los derechos sociales que podrían elevar el gasto público. Las iniciativas de gasto actualmente son exclusivas del presidente, pero también podrían convertirse en prerrogativa de la Cámara”, subrayó Fitch Ratings.
Visto por el lado fiscal, la calificadora cree que, si en la nueva Constitución se enumeran los derechos sociales de vivienda, pensiones, atención médica y educación, “probablemente aumentarán los gastos sociales con el tiempo”.
En septiembre Chile someterá a referéndum el nuevo proyecto de Constitución, algo que, a juicio de la calificadora, “generará más incertidumbre”. Destacó que el apoyo a una nueva Constitución ha venido cayendo, pues desde abril de 2022 el 55% de los chilenos rechaza la redacción de este documento.
En 2021 la mayoría de las economías de América Latina se recuperaron de los devastadores efectos que trajo la llegada de la Covid-19 y Chile no fue la excepción, cerró el año en 11,7%. No obstante, en 2022, los pronósticos no son tan alentadores.
Atendiendo a lo anterior, Fitch prevé que el crecimiento del PIB se desacelere “bruscamente” en 2022-2023, llegando a 1,9% y 0,5%, respectivamente.
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“Es probable que el crecimiento del consumo, la inversión y el gasto público sea negativo y que solo aumenten las exportaciones en 2022. Además del endurecimiento fiscal y monetario, las incertidumbres políticas, especialmente en torno a la constitución, están perjudicando las perspectivas de inversión”, explicó la calificadora.
“Los depósitos del sector privado crecieron como resultado de las grandes transferencias del gobierno y los retiros de pensiones en 2021 que brindarán cierta protección para el consumo. El contexto global también presenta vientos en contra para la economía de Chile con el cierre de China, la invasión rusa de Ucrania y un endurecimiento de la Reserva Federal más rápido de lo esperado. Sin embargo, los precios más altos del cobre beneficiarán a Chile”, añadió Fitch.
La firma destacó que las presiones inflacionarias han aumentado en el país que gobierna Gabriel Boric, agravadas por el aumento de la demanda interna en 2021, debido a las grandes transferencias del gobierno (1% del PIB por mes) y tres rondas de retiros de pensiones (por un total de US$50.000 millones).
En abril de 2022 la inflación alcanzó el 9,4% interanual, “muy por encima del punto medio objetivo del 3% del banco central, en parte debido al aumento de los precios de los alimentos y las materias primas, la debilidad del peso y el entorno global de la inflación”.
Es de recordar que el Banco Central de Chile elevó la tasa de interés en 775 puntos básicos acumulados desde julio de 2021. Las expectativas de inflación han aumentado por encima del punto medio del objetivo del banco central en los horizontes de 12 y 24 meses.
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“Fitch proyecta un déficit fiscal del 2,8 % del PIB en 2022, frente al 7 % de 2021, dado que las medidas de apoyo a la pandemia se han suspendido en gran medida, lo que significa una reducción del gasto cercana al 20 %, y debería garantizar una reducción considerable del déficit general”, indicó la firma.
Indicó que las tasas de interés más altas tardarán en reflejarse en los costos de interés (el vencimiento promedio de la deuda pública es de 11,7 años). El gobierno revisó al alza su estimación de déficit nominal para 2022, a 1,7% del PIB, desde 1% en enero, en parte debido a pronósticos de crecimiento mucho más bajos.
“Pero creemos que es probable que se realicen nuevos gastos sociales ante un crecimiento débil y una alta tasa de población”, proyectó.
“Fitch proyecta que la deuda del gobierno general/PIB aumente al 39,4% del PIB a fines de 2022 desde el 36,3% en 2021, aún muy por debajo de la mediana ‘A’ actual del 58%. Sin embargo, la relación intereses/ingresos ha superado la mediana ‘A’ actual (4,1% frente a 3,3%)”, destacó.
La calificadora recordó que el gobierno chileno también agotó una cantidad significativa de sus fondos soberanos, que cayeron en casi US$10 000 millones (5% del PIB) desde cerca del 10% del PIB antes de la pandemia.
“Una serie de elementos por debajo de la línea, como la capitalización de empresas estatales, la reposición de fondos soberanos (fondo de reserva del ejército, FESS) y la participación en el mercado de préstamos estudiantiles, también están afectando la dinámica de la deuda”, anotó.
Por lo anterior, Fitch prevé que la deuda aumentará a lo largo de su período de pronóstico al 42,2% del PIB en 2023.
El déficit en cuenta corriente de Chile alcanzó el 6,4 % del PIB en 2021, impulsado por un aumento de las importaciones de bienes y servicios (hasta un 54 %), así como por la repatriación de beneficios (principalmente por parte de empresas mineras privadas).
Entendiendo esto, Fitch pronostica que el déficit se moderará a 4,1% del PIB en 2022, “debido a mayores exportaciones de cobre y menores importaciones, pero los precios más altos del petróleo podrían presentar alguna desventaja con respecto al pronóstico”.
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En 2021 las reservas internacionales crecieron más de US$11.000 millones. Sin embargo, la calificadora prevé “cierto deterioro de la deuda externa neta/PIB y la cobertura de reservas en meses de pagos externos actuales”.