La más reciente Tendencia económica de Fedesarrollo advierte que la deuda pública aumentó significativamente en 2024 y continuaría en ascenso durante 2025, lo que se traduce en un desafío para la sostenibilidad de las cuentas públicas.
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En 2024, la deuda neta del Gobierno nacional se incrementó en 6,2 puntos porcentuales, pasando del 53,8 % al 60 % del Producto Interno Bruto (PIB). El resultado fue atribuido al efecto de la tasa de cambio, el resultado del balance primario y el costo financiero (la diferencia entre las tasas de interés y el crecimiento económico).
2. Descomposición de la deuda neta entre 2023 y 2024 como % del PIB (der).
Fuente: ANIF.
El centro de investigación proyecta que para 2025 la deuda neta siga aumentando hasta alcanzar el 60,6 % del PIB, nivel comparable al registrado durante la pandemia y significativamente superior al ancla de deuda establecido por la Regla Fiscal (55 %).
Y es que las cuentas del Gobierno Nacional han acumulado tal nivel de desequilibrio que el déficit fiscal del año pasado llegó al 6,8 % del PIB, cifra que supera el 5,6 % previsto por el Ejecutivo y se suma a un promedio del 6,2 % del PIB desde 2020, a pesar de las reformas tributarias.
El año pasado, los ingresos del Gobierno se ubicaron 0,5 puntos porcentuales por debajo de lo estimado tras alcanzar el 16,6 % del PIB, al mismo tiempo, el gasto total ascendió al 23,4 % del PIB, superando en 0,6 puntos la meta del marco fiscal.
Fuente: ANIF.
La primera parte de este problema no es reciente, según el centro de investigación, las proyecciones de ingresos se han basado en un nivel de recaudo atípicamente alto desde 2023, lo que ha llevado a una sobreestimación persistente del recaudo de impuestos.
Los cálculos de Fedesarrollo le apuntan a que, para 2025, el gasto primario será un 4 % del PIB superior al escenario tendencial, mientras que los ingresos tributarios solo superarían dicho escenario en 1 % del PIB.
“Las proyecciones recientes de recaudo se han basado en supuestos optimistas, lo que ha llevado a ajustes en el presupuesto de 2024 y exigirá un recorte adicional de al menos $28 billones en 2025 para cumplir con la regla fiscal”, detalla el informe.
Fuente: ANIF.
Fedesarrollo fue enfático en que Colombia ha experimentado un deterioro estructural en su balance fiscal desde la pandemia y por cuenta de un aumento permanente en el gasto primario, que ha crecido de manera sostenida desde 2020 y se mantendría en niveles elevados frente a su tendencia histórica prepandemia.
El reto para 2026 será reconocer la menor base de recaudo y retomar el debate sobre la ampliación de las bases gravables y el control de la evasión, así como ajustar las proyecciones de gasto a niveles compatibles con dicha realidad, empezando con mejorar la eficiencia en su ejecución.
