Según la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes), citada en el último informe de Parques Naturales Cómo Vamos (Pncv), más de un millón de especies de plantas y animales podrían extinguirse en los próximos decenios. Con ese panorama, la deforestación, turismo y finanzas son los tres desafíos más grandes a los que se enfrentan las áreas protegidas de Colombia
En este contexto de situaciones preocupantes a nivel de ecosistemas y de biodiversidad, y en el marco del Foro Uso de Datos Geoespaciales en la Gobernanza de las Áreas Protegidas, expertos discutieron sobre la necesidad de una gobernanza efectiva para el adecuado manejo de las áreas protegidas en Colombia.
En palabras de Omar Franco, director de la iniciativa Pncv, por primera vez el informe del Pncv incorporó un análisis detallado de las áreas marinas y costeras, en colaboración con el INVEMAR, revelando una preocupante debilidad institucional y financiera en estos territorios. Y es que, a pesar del compromiso del personal, las dificultades operativas y tecnológicas son evidentes y las consecuencias preocupantes.
El informe de 2024 de Pncv evidenció los retos a los que se enfrenta la gestión de las áreas protegidas del país. En tierra, por ejemplo, el monitoreo ha permitido alertar sobre la deforestación progresiva en parques como Tinigua, el cual es clave para la conectividad ecológica entre la Amazonia y la Orinoquía. Asimismo, advirtió sobre la presión de la minería ilegal, el trafico de minerales y la expansión de la frontera agrícola.
Otro de los desafíos relevantes ha sido la presión del turismo en algunas áreas protegidas. Aunque el numero de visitantes ha crecido, varios parques carecen de planes de manejo, por lo que no existe una comunicación que permita la orientación de la ciudadanía sobre como y cuando hacer turismo responsable.
Franco detalla sobre la advertencia que hace el informe del panorama financiero del sistema de parques. “Actualmente, solo se invierten entre US$1,5 y US$2 por hectárea, frente a una necesidad estimada de entre US$5 y US$8. Esta brecha económica compromete seriamente las posibilidades de cuidado, operación y mantenimiento de los parques nacionales del país”.
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Necesidad de implementar tecnología
Frente a estas realidades, la gobernanza ambiente clama datos y tecnología para poder sacar adelante los desafíos existentes. “Estos factores demandan sistemas de información más robustos, accesibles y utilizados activamente por las comunidades y el resto de los actores”, afirmó Omar Franco.
Los Sistemas de Información Geográfica (SIG), en la situación por la que atraviesan las áreas protegidas de Colombia, se convierten en una tecnología que permite ver lo que muchas veces es inaccesible: identificar problemas sobre el terreno, monitorear amenazas como la deforestación y la minería ilegal, y fortalecer la toma de decisiones basadas en datos.
«Estos instrumentos ayudan a instituciones y comunidades a entender y cuidar el territorio. La gobernanza la hacemos entre todos y la tecnología debe estar al servicio de ese proceso, pero, ¿cómo logramos que la sociedad civil, en su conjunto, desde cualquier perspectiva, se aproxime de forma clara, sencilla y fácil al uso y manejo de esta información? La respuesta está en la tecnología que es capaz de apalancar y apoyar dicha gestión sobre los territorios de forma clara y ordenada”, aclaró Omar Franco.
En este contexto, empresas como Esri Colombia, están haciendo aportes fundamentales al trabajo de Parques Nacionales Cómo Vamos, contribuyendo, con tecnología geoespacial, a la formación y fortalecimiento de capacidades para poder mostrar a los distintos actores una visión integral de la situación de los parques nacionales colombianos.
«Lo importante es que la sociedad entienda para qué sirven estas herramientas, cómo acceder a ellas y cómo pueden convertirse en un punto de partida para la acción colectiva», concluyó Franco.