Demanda mundial de petróleo crecerá menos de lo esperado por tensiones comerciales y políticas de producción: IEA

La Agencia Internacional de Energía revisó a la baja sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial de petróleo. ¿Qué la impulsó?

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La (IEA) ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento de la demanda mundial de para 2025, citando la desaceleración económica global y las tensiones comerciales, especialmente los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump a sus socios comerciales.

En un informe mensual, la IEA detalló que la demanda de petróleo aumentará este año en 730.000 barriles diarios (bpd), lo que representa una caída significativa respecto a la estimación anterior de 1,03 millones de bpd.

El impacto de los aranceles comerciales y las represalias que los países afectados han implementado ha sido considerable. Estos aranceles, junto con un aumento de la oferta por parte de los productores de la OPEP+, han provocado una caída abrupta de los precios del petróleo.

En el último mes, los precios del crudo se desplomaron un 13 %, ubicándose en torno a los US$64 por barril. Esto ha afectado directamente a los ingresos de los productores, que han visto mermadas sus ganancias debido a la caída de los precios.

La IEA señaló que las perspectivas de crecimiento de la demanda en Estados Unidos y China, dos de los mayores consumidores de petróleo del mundo, han empeorado.

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Aproximadamente la mitad de la reducción en la demanda se debe a la contracción económica en estos dos países.

En el caso de China, los desafíos económicos internos, sumados a un cambio hacia los vehículos eléctricos, están moderando las proyecciones de crecimiento del consumo de petróleo. Este ajuste podría representar una ruptura con la tendencia de años recientes, en los cuales el consumo de crudo en China había experimentado incrementos constantes.

En cuanto a los productores estadounidenses, la industria del esquisto, que ha sido clave para consolidar a Estados Unidos como el mayor productor de petróleo del mundo en las últimas dos décadas, enfrenta serias dificultades.

A pesar de los llamados de Trump a «perforar, perforar», la IEA advirtió que la actividad podría ralentizarse este año. Los aranceles impuestos por Estados Unidos a sus socios comerciales, junto con la desaceleración de la demanda global, están afectando la competitividad del sector.

Otros efectos para la demanda mundial de petróleo, según la Agencia Internacional de Energía

La IEA también destacó que el aumento en los costos de materiales, como el acero y los equipos necesarios para la extracción de petróleo, podría reducir aún más la actividad de perforación.

Como consecuencia de estos factores, la Agencia Internacional de Energía redujo su pronóstico de crecimiento de la en Estados Unidos en 150.000 bpd, ajustando su proyección a un aumento de solo 490.000 bpd para este año.

Sin embargo, los proyectos de petróleo convencional continúan avanzando, y se espera que el suministro total fuera de la OPEP+ crezca en 1,3 millones de bpd en 2025, lo que sigue siendo suficiente para cubrir la demanda proyectada, sugiriendo que el mercado podría enfrentar un superávit considerable.

La caída en los precios del petróleo también ha puesto a los gobiernos de los países productores bajo presión, ya que sus ingresos dependen en gran medida de las exportaciones de crudo.

Para mitigar el impacto, muchos funcionarios están considerando respuestas políticas, como la emisión de más deuda o la reducción del gasto público.

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Este panorama refleja una nueva realidad para el mercado petrolero mundial, con un crecimiento más moderado y unas perspectivas menos optimistas para los próximos años.

A medida que la penetración de los vehículos eléctricos aumenta y las tensiones comerciales persisten, la IEA advierte que el crecimiento de la demanda de petróleo podría continuar desacelerándose en los próximos años.

De hecho, en su primer análisis para 2026, la Agencia prevé una desaceleración adicional, con un aumento en la demanda de solo 690.000 bpd.

Este ajuste a la baja en las proyecciones de demanda de petróleo refleja la fragilidad de la economía global y los cambios estructurales en el sector energético, lo que plantea desafíos tanto para los productores como para los países que dependen de esta fuente de ingresos.

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