Las cuentas fiscales del Gobierno son para el centro de estudios económicos ANIF, sin duda, lo malo de 2024, que advirtió este lunes que la salud fiscal del país no atraviesa su mejor momento.
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En primer lugar, la tendencia observada en el recaudo durante este año no ha estado en línea con lo esperado por el Gobierno, según el centro de pensamiento, que atribuyó el resultado a un error de calibración del anticipo de renta del 2023 y a litigios y transacciones de una única vez que se contemplaron dentro de las expectativas de recaudo, pero no se materializaron.
Aunque no se trata solamente de dichos fenómenos, ANIF reconoció que la menor actividad económica también redujo la causación de impuestos, particularmente en renta e impuestos externos.
Según cifras del DANE, el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 2 % en el tercer trimestre, lo que ubica el promedio del año hasta septiembre en 1,6 %. Aunque la cifra es mucho mayor que la observada en el mismo periodo de 2023 (0,7 %), se mantiene por debajo del crecimiento visto antes de la pandemia, entre el 3 % y el 4 %.
Además, dicho comportamiento ha sido heterogéneo entre sectores productivos: “Algunos sectores que venían mostrando crecimientos negativos desde hace varios trimestres se han recuperado, como la construcción, mientras otros, como la industria, se mantienen en terreno negativo”, subrayó ANIF en su informe semanal.
En consecuencia, según el centro de estudios económicos, el bajo crecimiento económico, a pesar de mostrar señales de recuperación, ha obligado al Gobierno a revisar sus proyecciones de ingresos en diferentes oportunidades y, en consecuencia, a recortar también el gasto para poder cumplir con los límites de déficit fiscal.
Esto nos lleva al segundo punto: la situación de las cuentas públicas a lo largo del año ha estado tan apretada que el Gobierno tuvo que expedir un decreto para recortar $28,4 billones del presupuesto. A pesar de esto, varios analistas han insistido en la incertidumbre frente al cumplimiento de la Regla Fiscal.
Por eso, ANIF reiteró la importancia de ser cautelosos en la elaboración de las cuentas fiscales y tomar de ejemplo lo ocurrido este año para evitar en 2025 un escenario de rebajas adicionales de la calificación de crédito soberana.
“El manejo prudencial de las cuentas del Gobierno es más necesario que nunca. Las señales negativas del ejecutivo en este frente pueden (y han demostrado) afectar otros agregados macroeconómicos. En ese sentido, si bien el 2025 será un año retador, la hoja de ruta sobre cuáles deberán ser las prioridades en materia económica es clara”, dijo.
Sin embargo, para ANIF, el balance de 2024 es agridulce, pues a pesar de los problemas por las menores condiciones de crecimiento y un mercado laboral que se mantuvo prácticamente inalterado, la inflación y la baja en las tasas de interés representaron un alivio para los hogares y las empresas.
“Indudablemente, los resultados de la inflación en lo corrido del año han sido la buena noticia de 2024. Su tendencia decreciente ha resultado, en gran medida, gracias a la respuesta del Banco de la República, que aumentó la tasa de política monetaria a un nivel máximo histórico en el siglo XXI (13,25 %) para controlarla”, concluyó ANIF.
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