A horas de conocer el dato de inflación de Colombia para octubre de 2021 (cifra que en el lapso enero-septiembre va en 4,33 %), Hernando Vargas, gerente técnico del Banco de la República, se refirió a lo que están viendo desde el emisor sobre el comportamiento del costo de vida a cierre de año y frente a 2022.
Explicó Vargas que la revisión al alza en el pronóstico de inflación a 4,9 % para cierre de 2021 y 3,6 % para 2022 (el anterior pronóstico era de 4,5 % y 3,5 %, respectivamente) responde a una serie de fenómenos de demanda que pueden todavía mantenerse por un tiempo.
Añadió Vargas que los distintos fenómenos inflacionarios llevarían a que el comportamiento del costo de vida de Colombia supere el rango meta (2 % y 4 %) incluso hasta mediados del próximo año.
En ese esquema de probabilidades, para el equipo técnico del emisor será vital entender cuáles pueden ser las fechas de los Días Sin IVA de 2022 para tener un panorama claro sobre la tendencia de la inflación del país.
Con esto de base, explicó Vargas que el pronóstico de la inflación se revisó al alza “por una persistencia de los choques externos (…) y por los efectos de la indexación a una mayor inflación sobre algunos precios de la economía”.
Esto último al tiempo que los excesos de capacidad productiva se estarían reduciendo más rápido de lo previsto, “lo que se reflejaría en menores presiones a la baja sobre la inflación básica”.
¿Qué se mantiene en expectativa?
Agregó Vargas que las estimaciones entregadas mantienen un amplio margen de incertidumbre asociado, parcialmente, “con la magnitud de los excesos de capacidad productiva en la economía y la velocidad con la que estos se sigan reduciendo”.
El análisis también tiene en cuenta variables como la extensión de la emergencia sanitaria y los alivios de impuestos aprobados en la Ley de Inversión Social.
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Esto último, a ojos del equipo técnico del emisor, “hechos que dificultan estimar la inflación básica en el horizonte de pronóstico”.
Vargas concluyó diciendo que se mantiene el riesgo de que la mayor persistencia de los choques de oferta “afecte las expectativas de inflación o induzcan un aumento en la indexación de algunas canastas del IPC con respecto a lo contemplado en el pronóstico”.
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