La iniciativa de formar la Alianza del Pacífico surgió en abril de 2011 con el fin de realizar una integración regional que disminuya las barreras económicas y regulatorias para así fomentar la actividad mercantil y bursátil de los países que lo integran.
El grupo original de la Alianza del Pacífico lo conformaron Chile, Perú y Colombia. Luego México se unió a la iniciativa y en la actualidad están en proceso de incorporación Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá. Entre tanto, 55 países ejercen como observadores.
En conjunto, los cuatro miembros constituyen la sexta economía mundial (3,5% del PIB), la segunda economía de América Latina y El Caribe (36% del PIB) y el 35% de la población de la región (225 millones de habitantes).
Con el fin de avanzar en la integración financiera, en mayo de 2011 se creó el Mercado Integrado Latinoamericano (Mila). Su principal objetivo es ampliar las oportunidades a inversionistas e intermediarios de Chile, Colombia Perú, que desde ese año pueden comprar y vender las acciones de las tres plazas bursátiles a través de un intermediario local. Posteriormente, México se unió a este grupo.
Sobre el papel, el Mila trae consigo un incremento de inversionistas en todos los mercados de valores de los países miembro y, por ende, se necesitan más emisores, lo que deriva en mayores flujos de capital y en el aumento de la liquidez. Pese a estos fines trazados desde el inicio del Mila, sus logros y avances en la práctica no han alcanzado las metas propuestas.
Regulación, tema prioritario
A abril de 2019, el Mila contaba con una capitalización bursátil de poco más de USD 991,000 millones. El volumen mensual negociado en el Mila arroja un promedio de US$16.000 millones, siendo los mercados de Chile y México los más atractivos para los inversionistas.
A pesar de estas cifras, los expertos consideran que aún falta mucho trabajo en materia regulatoria para que el Mila opere de la mejor manera posible.
“Una cosa es que se pueda hacer y otra es que de verdad se materialice la inyección de dineros en proyectos de los países. Depende de qué estén buscando los inversionistas y de las condiciones que ofrezca cada Gobierno”, respondió el presidente de la Bolsa de Valores de Colombia, Juan Pablo Córdoba. Añadió que, si este país no modifica su regulación para volverse más competitiva, los inversionistas optarán por otros mercados como destino de sus inversiones.
Por su parte, el director de la Unidad de Regulación Financiera (URF) de Colombia, Felipe Lega, el principal inconveniente que ha tenido el Mila está en la imposibilidad actual de contar marco regulatorio común.
“Hay que identificar cuáles son las principales diferencias para así buscar alternativas que logren optimizar esta integración”, explicó Lega. Informó que la agenda para este año tiene como objetivo identificar las barreras que, por el momento, han impedido los flujos de capitales entre los cuatro países.
Al respecto, el gerente de la Bolsa de Santiago, José Antonio Martínez, resaltó que, precisamente, los avances que puedan darse en materia regulatoria traerán beneficios para la región.
“Dado el rol actual que tiene el Mila en el cumplimiento de la ruta trazada por la Alianza del Pacífico, se seguirá poniendo especial énfasis en cumplir con todos sus objetivos, ya que el hecho de seguir impulsando el trabajo conjunto puede ser muy auspicioso para progresar en el desarrollo normativo y regulatorio, que es el siguiente paso para avanzar y consolidar la integración”, afirmó Martínez.
Otra de los desafíos en ese propósito se relaciona con el comportamiento de las monedas de cada uno de los mercados.
“La mayor preocupación para los inversionistas tiene relación con las monedas, debido a que las operaciones Mila se ejecutan en términos locales, dependiendo del domicilio de la acción, por lo que existe un riesgo de tasa de cambio, sumado a las comisiones y el cambio a su respectiva moneda”, apuntó el director de Renta Variable e Inversiones de SURA Investment Management, Felipe Asenjo Wilkins.
En el frente tributario
De otro lado, algunos de los desafíos que expusieron, tanto Lega como Córdoba, van de la mano con la política tributaria de cada país. Para que la integración sea exitosa, ambos creen que se debe avanzar en coordinar y homogenizar las políticas tributarias en cada uno de los integrantes de la alianza.
“Trabajamos en identificar esas otras barreras que hay, que siguen pendientes y que no han permitido que el flujo de capitales entre los miembros sea tan elevado como esperamos”, señaló Lega.
Por su parte, Wilkins resaltó que existen avances al respecto, por ejemplo, Perú y Colombia convergieron al estándar de liquidación chileno y “ se han realizado esfuerzos con el fin de facilitar la homogeneización de las normativas de los mercados de valores que permitan el desarrollo de la actividad bursátil”.
Un polo de inversión en la región
La Alianza del Pacífico también trae consigo iniciativas para fomentar la integración financiera en la industria previsional, con el fin de lograr cambios en las regulaciones de inversión en el extranjero de los fondos de pensiones de los países miembro para facilitar su inversión intrarregional.
Al respecto, el gerente General de la Bolsa de Santiago de Chile, José Antonio Martínez, dijo que el Mila hoy en día es reconocido como un polo de inversión en América Latina.
“En sus ocho años de operaciones, el Mila se ha posicionado como una plataforma de integración en que la facilidad de acceso, la visibilidad de las negociaciones y la disponibilidad de información, han facilitado la llegada de nuevos inversionistas, locales y extranjeros. De esta forma, ha impulsado la liquidez y la generación de mayores flujos hacia la región”, explicó Martínez.
En resumen, la Alianza del Pacífico avanza para delimitar la regulación necesaria que pueda traer mayores beneficios económicos a sus países miembro, de manera que se posicione el bloque como referente de integración financiera.