La construcción en seco se presenta como una alternativa vanguardista en el sector, con la capacidad de llevar soluciones habitacionales, incluso aquellas ubicadas en áreas remotas gracias a sus procesos logísticos de transporte e instalación.
En Colombia, el acceso a viviendas dignas se erige como una apuesta del Gobierno y un anhelo compartido por muchos ciudadanos.
Según la ‘Encuesta Nacional de Calidad de Vida’ del DANE de 2022, el 34,9 % de los hogares residían en viviendas propias, mientras que el 40,2 % opta por la modalidad de arriendo o subarriendo.
Adicionalmente, un 13,9 % se encontraba en calidad de usufructuario, con el permiso del propietario para habitar el espacio sin incurrir en el pago de alquiler.
Los beneficios de la construcción en seco
Una obra en steel framing, de construcción en seco, puede realizarse hasta un 60 % más rápido que una en construcción tradicional. Asimismo, la construcción en seco es una alternativa sostenible, ya que puede disminuir hasta en un 90 % la producción de residuos, pues no genera material húmedo a desechar.
Por otro lado, la materia prima utilizada se basa en materiales sostenibles o reciclables, como perfiles metálicos, placas de yeso y fibrocemento, aislamiento térmico, que suelen tener un nivel bajo de compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros productos químicos nocivos en su composición.
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Finalmente, estos métodos de construcción utilizan materiales que son más eficientes en matrices energéticas, de residuos y cuidado del agua.
En el país, se erige un claro ejemplo de este tipo de construcción, la Casa T, diseñada y construida por la empresa Proyecta Espacios, a cargo la arquitecta Patricia Sahid y el arquitecto Fernando Zamora.
Es un proyecto de 268 metros cuadrados, ubicado en el municipio de Sutatausa – Cundinamarca, a 88 kilómetros de Bogotá D.C.
Su construcción contó con un tiempo de construcción de tan solo cinco meses, lo que representa una reducción del 40 % del tiempo que hubiera demorado en construcción tradicional.
Adicionalmente, a esto se suma un sistema de recolección y tratamiento de aguas lluvias que permite una optimización del recurso y un sistema de iluminación conjugada que garantiza la eficiencia energética de la edificación en su vida útil, permitiendo un ahorro energético entre un 50 % a 55 % en comparación con construcciones tradicionales.
Este proyecto ha demostrado que por medio de los métodos de construcción implementados es posible lograr el manejo eficiente de la temperatura al interior de la vivienda.
Debido a la ubicación geográfica de la zona, esta tiende a presentar fuertes variaciones climáticas, las cuales son reguladas por el sistema EIFS (Exterior Insulation and Finish System), que disminuye las pérdidas de calor entre el interior y exterior de la vivienda, generando un ambiente de temperatura constante y agradable para sus habitantes.
A su vez, esto puede llegar a generar una gran reducción en el consumo energético de la vivienda, pues se disminuye sustancialmente el uso de equipos reguladores de temperatura al interior de esta.