A los pasillos de la Casa de Nariño volverá Armando Benedetti, el funcionario que salió por la puerta de atrás tras verse implicado en presuntas ‘chuzadas’ en junio del año pasado.
Benedetti sorprendió con su carta de renuncia como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cargo que desempeñó desde febrero.
Ahora regresa al círculo más cercano del presidente Gustavo Petro, esta vez como asesor presidencial, a pocos pasos de la oficina del primer mandatario y de la directora del Departamento Administrativo de Presidencia, Laura Sarabia, una vieja conocida.
Aunque ha circulado rumores de la salida de Sarabia, Valora Analitik confirmó desde varias semanas que permanecerá en su cargo, incluso con Benedetti como su nuevo compañero en la Presidencia.
A dos años del gobierno y con un Congreso al límite por las reformas impulsadas por Petro, Benedetti llega con la misión de ajustar las cuentas en el órgano legislativo. No obstante, su retorno no está exento de críticas, especialmente por las circunstancias de su salida.
«Yo he dicho que se necesita más experiencia de relacionamiento con el Congreso, no es solo politiquería, es un pilar del estado y hay que tener Congreso para gobernar y buscar el cambio», señaló Benedetti.
El caso Benedetti-Sarabia
La vida política de Benedetti, una de las fichas más leales al presidente, está marcada por un polémico episodio que involucró una prueba de polígrafo aplicada a comienzos de año.
El escándalo estalló cuando Sarabia fue señalada de presuntas extralimitaciones de poder e interceptaciones ilegales –las conocidas chuzadas– a su exniñera, quien era sospechosa del robo de US$7.000.
En medio de esta controversia, Benedetti también renunció como embajador de Venezuela, quedando envuelto en interrogantes sobre su papel en el caso. La conexión del exembajador con la exniñera Marelbys Meza, a quien llevó a Venezuela en un vuelo chárter, generó suspicacias sobre las razones detrás del viaje.
Estas dudas se intensificaron tras la publicación de una entrevista en la Revista Semana, que despertó sospechas de que Benedetti habría preparado a la mujer para dicha aparición.
Además, la relación entre Benedetti y Sarabia quedó fracturada, como lo evidencian los audios divulgados por Semana, donde se escuchan fuertes palabras y amenazas mutuas.
Un pasado controvertido
El historial de Benedetti no se limita a estos episodios. El exembajador ha enfrentado acusaciones de presunto maltrato intrafamiliar hacia su esposa, atribuidas a un consumo problemático de alcohol y drogas. En una entrevista reciente, Benedetti reveló que se encuentra en un proceso de rehabilitación y desintoxicación.
“Estoy en un proceso de rehabilitación y desintoxicación. A mediados de septiembre me hice un examen de rutina, me ordenaron una colonoscopia y me encontraron un quiste, un precáncer; estuve regular de salud”, explicó Benedetti, calificando esta etapa como “lo mejor que me ha pasado, pero hubiera querido algo mejor”, expresó en entrevista con la Revista Semana.
El regreso de Benedetti a la Casa de Nariño reaviva viejas polémicas y plantea interrogantes sobre el impacto de su retorno en el entorno presidencial, así como su relación con Sarabia y el papel que desempeñará en el gobierno.
