Con seis votos a favor y cinco en contra, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil decidió condenar a la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La decisión de la corte más importante de ese país responde al recurso que Lula interpuso luego de que tres magistrados de un tribunal de Porto Alegre ratificaran por unanimidad una condena a 12 años y un mes de prisión por el delito de corrupción.
De esa forma, cambia el panorama de las elecciones presidenciales a celebrarse el 7 de octubre en una de las naciones más desiguales, pues lideraba las encuestas electorales.
El Partido de los Trabajadores (PT) había defendido la candidatura de Lula —organización de izquierda que fundó en 1980— y calificó de golpista la condena de los sectores político y judiciales, así como de los medios, tras el impeachment de la expresidenta Dilma Rousseff.
El expresidente fue acusado de recibir un lujoso apartamento en el puerto de Guaruja, en el estado de São Paulo a cambio de beneficiar con contratos multimillonarios de la petrolera estatal Petrobras a la constructora OAS. Así lo confesó el expresidente del grupo, Leo Pinheiro.
Esa constructora habría invertido cerca de 330 mil dólares en reformas del inmueble, y supuestamente canceló 400 mil dólares de un depósito y alquiler por cuatro años.
El exsindicalista siempre ha repetido que aquella nunca fue su propiedad, y atribuye la acusación a motivaciones políticas por el lanzamiento de su candidatura para las elecciones de este año.
En su momento, el magistrado Joao Pedro Gebran Neto, señaló a Lula como el autor del sistema de corrupción que se tejió entorno a contratos de Petrobas.
Lula todavía puede presentar un último recurso ante una segunda instancia hasta el próximo martes 10 de abril.
El ambiente en Brasil fue tensionante todo el día en varias ciudades por las protestas de algunos ciudadanos, mientras que el comandante en jefe del Ejército, Eduardo Villas-Boas, lanzaba un amenazante mensaje en Twitter diciendo: «Aseguro que el Ejército brasileño juzga compartir el anhelo de todos los ciudadanos de bien de repudio a la impunidad y de respeto a la Constitución, del mismo modo que se mantiene atento a sus misiones institucionales».
Ese mensaje dejaba entre ver que, en caso de votarse la absolución de Lula, podría haber un alzamiento en armas en contra de las autoridades.
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