La semana pasada, el Gobierno celebró que el desempleo en Colombia había llegado a su tasa más baja para un mes de septiembre desde 2016, tras ubicarse en el 9,1 %, según el DANE.
Sin embargo, la sospecha de que fijarse solo en esta cifra nubla la vista frente al panorama general podría explicar por qué el resultado más reciente no significa necesariamente buenas noticias, pues si bien las estadísticas muestran que se han creado más empleos, también es un hecho que hay menos personas buscando trabajo.
El desempleo es el producto de la relación porcentual entre el número de personas que manifestaron estar buscando trabajo y el número de personas que están en el mercado laboral porque tienen la edad para trabajar y la voluntad de hacerlo.
Esto significa que la tasa baja tanto si menos personas buscan trabajo, porque consiguieron uno, como si algunas de ellas se retiran de la fuerza laboral porque ya no están interesadas en una actividad remunerada o simplemente no pudieron acceder a ella y acabaron por desistir. A este grupo pertenecen estudiantes, amas de casa, pensionados o incapacitados permanentemente.
Esto fue justamente lo que advirtió el centro de estudios ANIF en un comentario económico esta semana. Según su análisis, la tasa de desempleo bajó en septiembre empujada por la disminución de la tasa global de participación (TGP), un indicador refleja la presión de la población sobre el mercado laboral, pues se obtiene de la relación porcentual entre la población total mayor de 12 años y la que está en el mercado laboral.
Partiendo de las cifras del DANE, ANIF mostró que para el noveno mes de año la TGP disminuyó en 0,7 puntos porcentuales (pasó del 64,2 % en 2023 al 63,5 % en 2024). “Este retroceso indica que menos personas están activamente buscando trabajo, lo que ha compensado en parte la caída en la tasa de ocupación”, dice el documento.
“La leve disminución del desempleo frente a septiembre de 2023, esta cifra aparentemente positiva a simple vista, no refleja una verdadera recuperación del mercado laboral, sino más bien la continuidad de una tendencia preocupante”, anotó ANIF.
Señales que muestran el deterioro del mercado laboral
El centro de estudios enumera otras señales que darían cuenta de un deterioro del mercado este año. Por ejemplo, el hecho de que sectores tradicionalmente impulsores del empleo y valor agregado, como la construcción, el comercio y la industria manufacturera, no se encuentran entre las actividades con mayor generación de puestos de trabajo.
De hecho, de la rama de la construcción salieron 13.000 hombres y 18.000 mujeres en septiembre; las industrias manufactureras emplearon 26.000 hombres más, al tiempo que se retiraron 64.000 mujeres; también en comercio entraron 50.000 hombres y salieron 42.000 mujeres.
Para el último mes, los sectores que lideraron en ocupación fueron actividades profesionales, científicas, técnicas y de servicios administrativos (+175.000), alojamiento y servicios de comida (+137.000) y suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (+88.000).
Adicionalmente, la tasa de desempleo desestacionalizada, un indicador que permite la comparación intermensual, bajó solo 0,2 puntos porcentuales en septiembre respecto a agosto. Esto significaría, según ANIF, que el mercado no está logrando absorber a nueva población laboral disponible, incluso después de ajustar por efectos estacionales.
El centro de estudios comparó el desempleo de lo corrido de 2024 con el de 2023, un año con resultados atípicos considerando el bajo crecimiento económico, y encontró que este 2024 la tasa promedio de desempleo ha sido 0,2 puntos porcentuales mayor (10,6 % vs 10,4 %). El panorama es más preocupante si se suma el hecho de que se cuenta con una menor participación en el mercado laboral, pues el año pasado la tasa de ocupación era 0,4 puntos porcentuales más alta.
“Hemos resaltado en varias oportunidades que el mercado laboral no ha sido capaz de crear suficientes empleos para cubrir toda la oferta de trabajo en el país, una situación que refleja la débil dinámica económica actual. Esto es particularmente preocupante en el marco de la discusión de la reforma laboral, que propende por mejorar las condiciones de los trabajadores formales actuales; una minoría si se le compara con los desempleados y el resto de la fuerza laboral que se encuentra en condiciones de informalidad”, concluyó ANIF.