Por: Leonardo Mila, gerente de estrategia de Porvenir
Durante la primera mitad de 2022, la economía colombiana tuvo un comportamiento extraordinario al registrar uno de los mayores crecimientos en el mundo durante el primer semestre.
Tras evidenciar una expansión anual del 8,6 % durante los primeros tres meses del año, Colombia sorprendió con un crecimiento económico del 12,6 % durante el segundo trimestre para completar un 10,6 % durante los primeros seis meses de este 2022.
Este buen resultado fue explicado por una demanda interna muy fuerte con un consumo de los hogares que creció más del 13 % como consecuencia de la reapertura de la economía después de la pandemia, en un entorno de amplia liquidez que había sido otorgada al mercado por el Banco de la República como respuesta a los desafíos planteados por la pandemia.
Adicionalmente, el estímulo fiscal entregado por el Gobierno continuó dando soporte a los hogares para mantener un consumo verdaderamente dinámico que amplificó los efectos base de la actividad económica al compararse con un primer semestre del año pasado que aún permanecía débil.
Aunque estos resultados pueden verse como buenas noticias en el panorama nacional, hacia adelante se espera que este dinamismo se modere de forma significativa.
Con los datos de actividad del mes de julio, y teniendo en cuenta la subida de más de un 8 % de la tasa del Banco de la República, un espacio fiscal limitado para mantener el estímulo a la economía, así como el avance de la desaceleración global en medio de presiones inflacionarias lo que ha llevado a la mayoría de bancos centrales a subir sus tasas de interés restringiendo las condiciones financieras, puede esperarse un segundo semestre creciendo cerca de un 4 % para totalizar un crecimiento anual de algo más del 7 % para todo 2022.
Esta cifra sigue siendo muy favorable, pero evidencia una clara tendencia de desaceleración económica, si se compara con el 10,7 % de 2021, tendencia que podrá continuar e incluso profundizarse durante 2023, en un contexto internacional en el que la Zona Euro podrá entrar en recesión y en el que Estados Unidos evidenciará una desaceleración importante en su economía.
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En un entorno tan dinámico y en medio de tanta incertidumbre hacia adelante en el contexto local e internacional, cobra aún más relevancia la necesidad de considerar elementos de diversificación a la hora de pensar en constituir un portafolio de inversión.
La diversificación consiste en llevar a la práctica el viejo adagio de “no poner todos los huevos en la misma canasta” y no dejarse llevar por un optimismo desmedido que pueden sugerir los datos sobresalientes actuales de la economía colombiana.
“Debemos ser conscientes de que existen grandes retos hacia el futuro, tanto en el frente local como en el entorno global en temas económicos, políticos y financieros, por lo que es necesario considerar un portafolio de inversión que incluya activos defensivos como la liquidez y el dólar de manera que pueda generar rentabilidades favorables en el largo plazo y que, a la vez, pueda soportar los embates de la volatilidad de los mercados en la antesala de un año 2023 que podrá tener eventos negativos para la actividad económica en algunos países, tanto desarrollados como emergentes”, cuenta Leonardo Mila, gerente de estrategia de Porvenir.
Por último, es importante recordar que la manera correcta de establecer objetivos de inversión para garantizar la seguridad financiera en el futuro es mantener una perspectiva de largo plazo.
“Esto implica darle la importancia que tiene al ahorro pensional, entendiendo que éste debe ser constante y paciente, y que solo así nos permitirá lograr nuestros objetivos de ahorro y consumo cuando hayamos finalizado nuestro ciclo laboral para que podamos disfrutar de una vejez tranquila y digna para nosotros y para nuestras familias”, puntualiza Leonardo Mila.
