De acuerdo con el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), el colapso de la industria petrolera de Venezuela desde finales de 2015 y que se aceleró este año tras la imposición de nuevas sanciones de Estados Unidos es uno de las más grandes de la historia y es significativamente peor que cualquier episodio anterior.
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Sobre ello, el IIF apuntó que “hemos evaluado el colapso del sector petrolero de Venezuela frente a un grupo de 21 casos en la historia donde la producción cayó un 20% o más, durante al menos tres años. Su colapso tiene precedentes, pero es significativamente peor que cualquier episodio mediano. En el corto plazo, es probable que las sanciones depriman aún más la producción de petróleo”.
Por ejemplo, en el caso de Irán, la retirada de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto y la reimposición de sanciones con exenciones limitadas el año pasado llevó a una fuerte disminución de las exportaciones de petróleo que afectaron sustancialmente las finanzas del país.
De manera similar, la producción de Irak se derrumbó en 1990 tras la adopción de sanciones petroleras por parte de la ONU que llevaron a una crisis interna. La situación en Venezuela superaría sustancialmente este par de casos, que ya fueron de suma gravedad, según el IIF.
Así mismo, la industria petrolera está afectada por la deuda pública, ya que la estatal Pdvsa acumuló una deuda externa sustancial en la última década.
No obstante, si bien la situación es grave, las experiencias pasadas indican que las recuperaciones rápidas del sector petrolero son factibles. En un escenario favorable, los ingresos podrían más que duplicarse en cinco años, pero aún se mantendrían muy por debajo de los máximos observados alrededor de 2012, expresó el IIF.
Los colapsos anteriores de la producción de petróleo fueron prolongados, pero cuando se produjeron las recuperaciones, la producción alcanzó niveles previos a la crisis en 4-5 años.
En el caso de Venezuela, esto se traduciría aproximadamente en una duplicación de los ingresos del petróleo, suponiendo que los precios se mantengan en los niveles actuales. En tal escenario, el suministro global aumentaría aproximadamente un 2% desde los niveles actuales. Una recuperación más débil, en la línea de la experiencia de Irak posterior a 2003, daría lugar a ganancias de ingresos más modestas.
Venezuela amortiguó el impacto inicial de las sanciones petroleras de EE. UU. al reorientar las exportaciones, pero la experiencia histórica sugiere que la producción sufrirá considerablemente las sanciones, concluyó en su análisis el IIF.[/content_control][login_widget]