Claramente la pandemia tuvo un impacto en las finanzas de la mayoría de los hogares. Además de temas desempleo o disminución de ingresos que ya se conocen, otro de los impactos, en este caso favorable, ha sido un incremento generalizado en todos los grupos poblaciones en el interés por tener un mejor manejo de las finanzas personales y elevar la cultura de ahorro.
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Esta tendencia se ve claramente en los datos recientes entregados por el gremio Asobancaria en donde se destaca una caída de 9,1% en la cantidad de tarjetas de crédito vigentes entre enero y octubre de 2020. Igualmente, de acuerdo con la Superintendencia Financiera, durante la cuarentena se redujo considerablemente el uso de este medio de pago, pues entre marzo y mayo, meses de confinamiento, se cancelaron más de 940.000 tarjetas de crédito, con un promedio diario de más de 10.000.
Ante este panorama, ¿cuál es la mejor estrategia para gestionar las deudas?
En estos cinco puntos te contamos:
- Entiende qué significa endeudarse
Una deuda, teóricamente, es simplemente una obligación que tiene una persona de pagar o devolver algo. Lo anterior no tendría por qué tener una connotación negativa o positiva. Sin embargo, esto está lejos de la realidad, pues las deudas son generalmente asociadas a algo que genera angustia, y esto, en gran medida, se debe a no conocer bien cuándo es adecuado endeudarse y cuándo no.
Identifica cuáles son las deudas, con su respectivo monto, tasa y plazo: el primer paso para gestionar adecuadamente las deudas consiste en listarlas para identificarlas en su totalidad, reconociendo cuánto se debe, cuáles son los montos, tasas y plazos. Esto permitirá dimensionar el tamaño de la deuda como la base para tomar decisiones.
- Diferencia las deudas buenas de las perjudiciales.
Más allá de estigmatizar las deudas, es importante comprender que, si se decide pedir un préstamo para comprar algo que pueda aumentar su valor con el paso del tiempo o generar un flujo de dinero más adelante, se está adquiriendo una deuda buena. Los préstamos destinados a vivienda, educación, emprendimiento o inversión son buenos ejemplos de las deudas que realmente son convenientes.
Del otro lado están todas aquellas que traen más perjuicios que beneficios, por ejemplo, aquellas que se demoran más tiempo en pagarse que en disfrutarse, como esas vacaciones de 10 días que luego traen tres años de cuotas o una comida a varias cuotas. Estas son las más comunes y la raíz del problema es la incompatibilidad entre sus ingresos y sus gastos. Es aquí donde realmente se necesita llevar una planeación financiera.
Los conocidos ‘gastos hormiga’ también son deudas inconvenientes, pues cuando una persona tiene a la vez varios créditos distribuidos en tiendas de ropa o electrodomésticos, lo que tiene en realidad son deudas innecesarias que se salen de control. También están las deudas que son totalmente perjudiciales, como pagar un crédito con otro, así como lo es endeudarse a fin de mes para suplir necesidades básicas como alimentación, vivienda o servicios públicos. Asimismo, clasifican como muy malas deudas, los pagos de tarjeta de crédito a plazos muy largos y las deudas con tasas de interés muy altas.
- Compara entre las distintas opciones que tiene el mercado.
Luego de tener las deudas identificadas y caracterizadas, es importante reconocer las opciones disponibles en el mercado, consultando cuáles son las entidades financieras que están brindando alivios, mejores tasas, compra de cartera, entre otros, comparando cuál es la opción más conveniente para cada caso. ¡Anímate a investigar!
- Consolida tus deudas
Posterior al análisis de las opciones en el mercado, es el momento para tomar la decisión de disminuir la cantidad de deudas, consolidándolas en un solo monto, en la medida de lo posible. Ya que esto permitirá que, en el momento de establecer el plan de pago, sea mucho más fácil y organizado destinar mensualmente una cantidad para pagar la deuda general, que estar sacando dinero durante todo el mes para ir cancelando cada uno de los compromisos.
- No sigas incurriendo en deudas, mientras tengas otras pendientes.
La clave está en ser más conscientes y organizados con las finanzas personales, teniendo en cuenta que adquirir un número mayor de compromisos, adicionales a las deudas que ya se tienen, puede llegar a ser un gran dolor de cabeza para las personas. Antes de tomar la decisión de endeudarse siempre es importante preguntarse si realmente es una necesidad, y cuál será la consecuencia de adquirir esa deuda, ¿será una salvación o una pesadilla?
Sean buenas, malas o pésimas las deudas, con sus intereses, lo único certero acerca de ellas es que se deben pagar. Por esto, es bueno asesorarte de la mano de expertos, para saber planificar y desarrollar un cronograma de pagos dentro de tus capacidades.
Una vez termines de pagar las deudas, lo más recomendable es empezar a construir un ahorro. Así, no tendrás que endeudarte más adelante para resolver imprevistos o cumplir tus sueños.
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