En una nueva carta enviada a accionistas, el CEO de BlackRock, Larry Fink, habló de los efectos que tendrá la guerra Rusia – Ucrania y los retos que vienen para el mundo en un nuevo orden global.
El directivo comenzó su misiva señalando que este ataque se convirtió en el primero en casi 80 años y trae un coletazo aún mayor por involucrar a una superpotencia nuclear como lo es Rusia.
De acuerdo con Fink, la guerra le puso fin al modelo de globalización, tal y como se venía presentando en las últimas tres décadas. Lea más en Noticias Empresariales.
Y se sumó a las tensiones que se generaron por cuenta de la pandemia, con lo cual, aseguró, “creo que se ha exacerbado la polarización y los comportamientos extremistas que vemos hoy en día en la sociedad”, dijo.
Efectos de la invasión
En la misiva hace un recuento del ingreso de Rusia al sistema económico global, tras la caída de la Unión Soviética, así como de los años dorados que vivió el mundo después de la apertura de esa región.
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No obstante, con la decisión de invadir a Ucrania –que este jueves cumple un mes de sucedido– los rusos patearon el tablero y cambiaron el orden mundial.
Esto llevó a que gobiernos y empresas de todo el mundo se unieran en un mismo llamado: aplicar sanciones y retirarse de territorio ruso, como consecuencia a la guerra lanzada por el gobierno de Vladimir Putin.
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“Las acciones tomadas por el sector privado demuestran el poder de los mercados de capitales, cómo estos pueden proveer capital a aquellos que trabajan constructivamente dentro del sistema y cómo rápidamente pueden rechazar a quienes operan por fuera del mismo”, agregó el CEO de BlackRock.
En todo caso, aseguró que los efectos de esta guerra entre Rusia y Ucrania irán más allá del corto plazo.
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De hecho, dijo que, si bien en la actualidad la atención principal está en el sector energético, los gobiernos y compañías estarán ahora más atentas sobre sus dependencias en otras naciones.
Esto, en su concepto, podría llevar a que las empresas avancen en procesos de nearshoring, es decir, de relocalización de parte de una empresa en un país cercano y con alto potencial de desarrollo.
Transición energética
De otro lado, indicó que la transición energética sufrirá un duro golpe, al tiempo que el sector privado recalibra sus cadenas de suministro y que los aliados de Occidente reducen su dependencia de las materias primas rusas.
Una parte de este efecto ya se viene presentando a nivel mundial, con el incremento a más de US$100 del barril de petróleo, cifra a la que no llegaba desde hace ocho años.
“Como resultado, la seguridad energética se ha sumado a la transición energética como máxima prioridad global”, añadió el CEO de BlackRock.
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Con este escenario y el hecho de que la guerra entre Rusia y Ucrania complete un mes, Fink detalló que muchos países están buscando nuevas fuentes de energía.
En el caso de Estados Unidos, buena parte del foco tiene que ver con el incremento en los suministros de petróleo y gas, mientras que, en Europa y Asia, el consumo de carbón podría incrementar durante el próximo año.
“Inevitablemente, esto ralentizará el progreso mundial hacia una economía de cero emisiones de carbono en el corto plazo”, sentenció.
Finalmente, Fink fue enfático en decir que la magnitud de las acciones por parte de Rusia tendrá efectos por décadas y marca un punto de inflexión en la geopolítica, los mercados de capitales y las tendencias macroeconómicas.
Eso sí, detalló que si hacen un buen trabajo, como esperan, todos los grupos de interés de BlackRock serán grandes beneficiarios, en tiempos de convulsión internacional.
“Con el tiempo, espero que surja un mundo mejor y más seguro”, concluyó el empresario.