Varias respuestas explican el fuerte incremento de la inflación que viene experimentado Colombia y el grueso de la economía mundial.
El dato de inflación de marzo, que dará a conocer el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), habría que entenderlo desde varias aristas.
Desde una primera mirada, los fuertes incrementos de los precios tuvieron su causa en que, desde el año pasado, el mundo estuvo inmerso en procesos de reactivación que motivaron el gasto de los usuarios.
En otras palabras: el mundo venía de fuertes encierros para contener la expansión del Covid-19 y, cuando ya hubo un respiro más sostenido, la gente salió a retomar la vida que tenía antes de la pandemia.
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Gran parte del gasto se fue al pago por servicios, el gasto en restaurantes, cines, entre otros. Estos gastos estuvieron en la parte alta de la preferencia de los hogares de los países que entraron en esa suerte de normalidad.
Presiones por la reactivación
Lo anterior llevó a que, quienes proveían esos servicios, no tuvieran las herramientas para responder a la alta demanda. Los alimentos no alcanzaron para copar la demanda en restaurante o cinemas.
Esto se tradujo en que el mundo solventara las principales necesidades y se atendiera la demanda de las economías más importantes, dejando relegadas a naciones como las emergentes.
La avalancha de la reactivación no la soportaron las empresas transportadoras. Gran parte de los contenedores se quedaron inmovilizados en China y el costo para transportar insumos, alimentos y otros bienes en general se disparó, a lo que productores y consumidores debieron responder pagando más.
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Justo cuando los analistas estaban completamente seguros de que la inflación iba entonces responder por un fenómeno coyuntural, llegó la invasión de Rusia a Ucrania.
Este hecho trajo consigo varios problemas y más presiones. De un lado, a los altos precios de los alimentos, se le sumó el hecho de que Rusia y Ucrania son productores de insumos para el tratamiento del agro. Por lo que ahora se está viendo que los alimentos seguirán teniendo precios más altos a los previstos y una senda de reducción bastante más demorada.
Otros efectos del conflicto
Pero el conflicto no solamente presiona la inflación desde la arista de los alimentos: llega también en forma de precios altos para los energéticos: materias primas como el petróleo han escalado y tocaron máximos no vistos hace siete años.
Si bien este último fenómeno se ha visto con menos fuerza en Colombia, gracias a que el Gobierno ha asegurado que mantiene estables los precios de la gasolina, no deja de ser una preocupación para el país.
Esto pues el Gobierno, a través del Fondo de Estabilización de Precios de la Gasolina, está haciendo el soporte de alza de precios del combustible para no transmitir ese costo a los colombianos, pero no será fácil de mantener.
De momento, son esas las causas más importantes que explican la disparada inflación. Se espera que, desde mayo, los indicadores empiecen a bajar, pero con la advertencia de que, al menos para el caso de Colombia, el costo de vida podría cerrar arriba del 6 %.
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