El presidente ejecutivo de Camacol, Guillermo Herrera, inauguró con su discurso la 54ª Asamblea Anual de Afiliados de Bogotá – Cundinamarca, advirtiendo sobre la preocupante disponibilidad de recursos para la vivienda en 2026.
Durante su intervención, Herrera presentó los principales indicadores del sector y señaló la ausencia de políticas nacionales efectivas, las cuales —pese a los esfuerzos regionales, especialmente en Bogotá— han afectado negativamente al sector.
Uno de los temas que más preocupación generó fue la drástica reducción en la asignación de subsidios. Según Herrera, se pasó de otorgar 70.000 subsidios a solo 20.000, a pesar de contar con $2,6 billones.
La mirada al futuro no mejora, ya que según el anteproyecto del Presupuesto General para 2026 se contempla una asignación de solo $1,4 billones a Fonvivienda, lo que implicaría un nuevo recorte y pondría en riesgo incluso esos 20.000 subsidios. “No creo que haya recursos para subsidios de vivienda el próximo año”, advirtió. “Recursos no se ven; el próximo gobierno va a encontrar la olla raspada”.

También señaló que el 73 % del presupuesto de 2026 estaría inflexibilizado, destinando $700.000 millones a la cobertura de tasa de interés (2020–2024), $37.500 millones a preasignaciones de 2026, y $280.000 millones a vivienda rural, lo que dejaría solo $1,02 billones disponibles.
El papel de las regiones en el sector vivienda
Frente a este panorama, Herrera destacó que las regiones están tomando la iniciativa. Ocho departamentos y 17 municipios están priorizando la vivienda en su gasto social y programas de reactivación económica, proyectando 125.000 subsidios con una inversión de $2,3 billones. Bogotá lidera hasta la fecha con 7.800 asignaciones, aunque otras zonas presentan rezagos importantes.
El gremio proyecta una demanda anual de 70.000 viviendas, y Herrera expresó su preocupación por la manera en que se está vulnerando la autonomía regional en los recientes debates de control político.
En ese contexto, se refirió también a los lineamientos para el ordenamiento ambiental de la Sabana de Bogotá, que el Ministerio de Ambiente puso en consulta, los cuales —según Camacol— amenazan la viabilidad de importantes proyectos de infraestructura, incluida la expansión del suelo para vivienda.
“Es necesario abrir la discusión sobre una ocupación equilibrada del territorio. La política pública debe abordar el reto del crecimiento poblacional y ambiental: ¿cómo lo equilibramos?”, señaló.
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