Calamarí LNG, agente importador y comercializador de gas natural licuado (GNL) en Colombia, anunció la llegada del embarque número 100 de este combustible, un suceso en la historia de la compañía que -en el marco de la coyuntura actual y por el reciente Fenómeno de El Niño y las actuales condiciones de sequía- se convierte en un respaldo clave para las plantas de generación térmica del país.
Cabe recordar que las térmicas -usando el gas importado- han logrado atender cerca del 50 % de la demanda nacional en momentos de estrés climático, especialmente, ante la fuerte reducción de los principales embalses en Colombia.
El buque BW Magnolia, de la empresa BP proveniente de Cameron LNG en el Golfo de México, arribó al país con una carga de 38.000 m3 de gas natural licuado que será regasificado en la próxima semana para continuar atendiendo las necesidades del sector eléctrico y respaldar al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
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“Este cargamento es muy significativo para el país, pues estamos en medio de una coyuntura de hidrología crítica donde este recurso energético ha sido fundamental para suplir la demanda de las termoeléctricas. Además, frente al riesgo de desabastecimiento de gas natural previsto para los próximos años, la gestión de Calamarí resulta clave para garantizar el acceso al suministro de este combustible de forma segura y oportuna, especialmente en el marco de la transición energética”, afirmó Alfredo Chamat, gerente general de Calamarí LNG.
Agregó que “esto es posible gracias a que Colombia se ha logrado posicionar en el mercado internacional como un actor relevante para la importación y comercialización de GNL, con importantes proveedores como USA y Trinidad y Tobago, principalmente”.
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Calamarí LNG, que opera desde 2017, ha importado más de 5,6 millones de m3 de gas natural licuado (GNL), de los cuales aproximadamente tres millones de m3 corresponden al periodo del reciente Fenómeno de El Niño, aportando así a la generación de 5’000.000 MW de energía con un combustible es menos costoso que los líquidos, lo cual habría generado un ahorro de más de US$2.500 millones para los colombianos.