Las cajas de compensación familiar en Colombia han impulsado una serie de productos crediticios que permiten a sus afiliados financiar el pago de una vivienda, adquirir materiales de estudio o planear sus próximas vacaciones. Sin embargo, la adaptación tecnológica sigue siendo uno de sus mayores desafíos, especialmente en el área financiera.
Santiago Etchegoyen, cofundador y CTO de uFlow, un motor de decisiones 100 % web, cloud y NoCode que trabaja con algunas de las cajas más importantes del país, explica que estas organizaciones tienen una gran ventaja en su modernización debido a su vasta base de datos.
«Lo que les permite tener acceso a muchísima información de sus afiliados y poder utilizar modelos estadísticos avanzados basados para mejorar la eficiencia de sus procesos de acceso a crédito, pero muchos aún dependen de sistemas antiguos que dificultan esa evolución», comenta.
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Y es que, históricamente, las cajas de compensación han sido fundamentales para ofrecer bienestar y calidad de vida a los trabajadores colombianos. Desde los años 50, han proporcionado acceso a subsidios y, en las últimas décadas, han ampliado sus servicios para incluir productos crediticios a tasas preferenciales.
Cajas de compensación y los créditos financieros
En 2019, según datos de la Superintendencia del Subsidio Familiar, las cajas otorgaron 282.000 créditos sociales por más de $290.000 millones en el primer trimestre del año, apoyando principalmente a afiliados de estratos 1, 2 y 3. Los créditos de libre inversión y consumo representan más del 70 % de los préstamos otorgados y son una opción accesible y competitiva frente a la banca tradicional.
No obstante, mientras la experiencia y usabilidad de los usuarios ha mejorado en muchas entidades bancarias y las fintechs han impulsado una mayor accesibilidad a productos de este tipo, la experiencia de los afiliados a las cajas sigue enfrentando los mismos problemas: filas interminables, trámites manuales y largas esperas para obtener un turno.
Algunas cajas de compensación han comenzado a apostar por soluciones tecnológicas que permiten una mayor eficiencia y un acceso más rápido a sus servicios.
La tecnología transforma las cajas de compensación
Una de las innovaciones más importantes en este proceso de modernización ha sido el uso de motores de decisiones, que permite automatizar y agilizar los procesos de aprobación de créditos.
Esta tecnología, explica Etchegoyen, evalúa en tiempo real los datos de los afiliados, revisa su historial crediticio y determina las condiciones óptimas para cada solicitante. «Con el uso de motores de decisiones, las cajas de compensación pueden procesar millones de solicitudes en minutos, reduciendo significativamente los tiempos de espera y mejorando la satisfacción del cliente», señala.
Estos motores no solo aceleran los procesos, sino que también permiten una mayor personalización en la oferta de productos. Por ejemplo, en lugar de aplicar un mismo modelo de crédito para todos los afiliados, las cajas pueden ajustar las condiciones de los préstamos según el perfil financiero de cada persona, su categoría de afiliación y su capacidad de pago.
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Además, organizaciones como Compensar, Colsubsidio y Cafam, han comenzado a integrar soluciones como el crédito cupo rotativo, que permite a los afiliados acceder a montos previamente aprobados para libre inversión, educación, salud o vivienda, sin necesidad de realizar un trámite adicional cada vez que solicitan un préstamo.
Según cifras recientes de Supersubsidio, el número de afiliados a las cajas de compensación ha crecido un 15 % entre 2020 y 2023, alcanzando más de 10.7 millones de personas.