
El presidente Nayib Bukele informó, a través de su cuenta en X, sobre la llegada a El Salvador de los primeros 238 miembros del Tren de Aragua. Según destacó Bukele, los detenidos «fueron trasladados de inmediato al CECOT, el Centro de Reclusión para Terroristas, por un período de un año (renovable)».
Asimismo, subrayó que Estados Unidos pagará una suma mínima por la permanencia de estas personas en dicho centro penitenciario. Además, señaló que esta medida, junto con las actividades productivas realizadas por más de 40.000 reclusos en el programa denominado ‘Ocio Cero’, contribuirá a la sostenibilidad del sistema penitenciario, cuyo costo anual asciende a 200 millones de dólares.
Bukele también informó que Estados Unidos ha extraditado a 23 miembros de la MS-13 buscados por la justicia salvadoreña, entre ellos dos cabecillas. Uno de ellos pertenece a la estructura más alta de la organización criminal.
Añadió que esta acción permitirá concluir la recopilación de inteligencia y continuar la persecución de los últimos remanentes de la MS-13, incluidos sus antiguos y nuevos integrantes, así como el rastreo de dinero, armas, drogas, escondites, colaboradores y patrocinadores.
El mandatario calificó esta operación como un gran logro, afirmando: «Seguimos avanzando en la lucha contra el crimen organizado. Pero esta vez, también ayudamos a nuestros aliados, logramos la autosuficiencia de nuestro sistema penitenciario y obtenemos información vital para hacer de nuestro país un lugar aún más seguro. Todo en una sola acción».

Condiciones de reclusión para los miembros del Tren de Aragua en El Salvador
Con este golpe al Tren de Aragua, es relevante recordar que el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) está ubicado en las afueras de la capital de El Salvador. Este penal, inaugurado en 2023, tiene capacidad para albergar a más de 40.000 reclusos.
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Sin embargo, diversas organizaciones han señalado que muchos de los internos no cuentan con garantías procesales, permaneciendo en prisión durante años sin juicio. La opacidad en la administración del centro ha generado denuncias sobre la falta de información respecto a la situación de los reclusos, incluso para sus familiares.
En este contexto, los miembros del Tren de Aragua trasladados a El Salvador enfrentarán condiciones similares a las del resto de los detenidos. La construcción de esta megacárcel tuvo como propósito impedir que las pandillas continuaran delinquiendo desde prisión. A nivel internacional, esta política ha sido vista por algunos como un mecanismo efectivo de control del crimen, mientras que otros la consideran un castigo extremo para los reclusos.