El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) recordó la importancia de hacer un seguimiento detallado al comportamiento de la demanda energética en esta época de confinamiento preventivo por el coronavirus.
Según el organismo, los hábitos de consumo energético han cambiado desde que los países ordenaron resguardarse en los hogares para evitar un aumento en los contagios del virus.
Lo anterior —continuó el análisis— derivó en un aumento en los picos de demanda como resultado de una mayor permanencia en casa y el incremento del teletrabajo.
Antes del aislamiento preventivo, de acuerdo con el BID, se podían registrar dos momentos álgidos en la demanda: antes de salir a los sitios de trabajo y en las tardes al regresar de las labores.
En estos momentos, los hábitos han cambiado y con ello la exigencia para los generadores.
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En este sentido, “predecir cambios en estos patrones de consumo ayuda a los operadores a conocer cuáles serán los niveles de demanda, y con ello asegurar que las redes operen de manera eficiente y no se saturen o tengan flujo insuficiente”, expuso el BID.
“También, permitirá solicitar únicamente la energía necesaria. Al mismo tiempo, los generadores pueden planificar los ciclos de arranque y apagado de las centrales con antelación, de forma que les permita reducir los costos y ofrecer precios más asequibles”, añadió.
De otro lado, según el BID, comparativamente, la evolución de la demanda eléctrica hoy es mucho menos variable de lo que era a principios de abril pasado, antes de que se tomaran las medidas de distanciamiento social.
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“Esto puede llevar a un funcionamiento más eficiente de la producción eléctrica y, por ende, a precios más asequibles de la energía mediante unas buenas capacidades de predicción de la demanda”, puntualizó el organismo.
Así mismo, el BID consideró que un método válido para contribuir a la eficiencia del parque generador consiste en políticas que aprueben el autoconsumo, concepto ligado a los prosumidores energéticos, quienes pueden generar su propia energía y aportar excedentes al sistema interconectado.
“Estas medidas pueden ayudar a reducir esos picos y valles que generan costos al sistema y que retienen el efecto benéfico de poseer una curva de demanda eléctrica más plana de la que habitualmente acostumbra a ser”, concluyó el BID.
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