El Banco de la República de Colombia entregó las minutas de la Junta Directiva del pasado viernes 30 de abril, sesión en la que el grueso de la Junta dejó estables las tasas de interés en el 1,75 %.
Se lee en las minutas que hay algunos condicionales para un mejor ejercicio de la Junta de cara al año de reactivación y con la necesidad de atender las urgencias más próximas que dejó la pandemia del Covid-19.
Para el Banco de la República es sustancial iniciar un proceso gradual de consolidación fiscal que mitigue el efecto de la pandemia sobre la deuda pública, estimado en unos 15 puntos del PIB.
Tratar ese pendiente, dicen las minutas, es una condición necesaria para que el sector público pueda mantener acceso a fuentes de financiamiento a costos razonables.
“De no lograrse, el espacio de la política monetaria para seguir apoyando la recuperación de la actividad económica y el empleo podría limitarse significativamente”, se lee en el documento.
Por lo demás, la Junta Directiva recordó que las condiciones macroeconómicas y el menor impacto de las nuevas olas de Covid-19 ayudaron para mejorar el pronóstico de crecimiento del PIB de Colombia del 5,2 % al 6 % en 2021.
Sin embargo, “la aparición de rebrotes de la pandemia de intensidad y duración inciertas, así como la incertidumbre en el frente fiscal hacen necesario considerar escenarios de riesgo alternativos que, de materializarse, sugerirían un crecimiento entre 3,6 % y 5,2 %”.
En el panorama positivo, los codirectores resaltaron el desempeño de la economía en el primer trimestre del año, y el pronóstico de la inflación hacia la meta del 3 % en 2021 y 2022.
“Entre las señales negativas este grupo de Codirectores destacó el recrudecimiento de la pandemia y el alto grado de incertidumbre, ante la posibilidad de nuevas olas de contagio, por lo que señalaron la necesidad de monitorear de cerca la nueva información en torno a la pandemia y su impacto sobre la actividad económica”, se lee en las minutas.
Finamente, uno de los codirectores pidió bajar tasas pues resaltó “que una situación con un déficit fiscal marcadamente superior al déficit externo en la cuenta corriente implica un exceso de ahorro privado significativo, el cual se traduce en baja inversión y un bajo consumo privado”.
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