Un tribunal penal de Francia ordenó al banco suizo UBS que pague 3.700 millones de euros (4.200 millones de dólares) en un caso emblemático de fraude fiscal, pues se trata de una cifra récord en ese país.
La medida incluye también un pago de 800 millones de euros por daños al estado francés, que solicitó el pago de 1.600 millones de euros.
La multa combinada supera el beneficio neto de 4.900 millones de dólares del banco y la reserva de 2.460 millones de dólares para cubrir las posibles pérdidas del caso.
En general, el pago es alto para los estándares europeos, pero está por debajo de los 8.900 millones de dólares que las autoridades estadounidenses ordenaron pagar a BNP Paribas por violar las sanciones contra Irán, Cuba y Sudán.
Hubo un caso similar en los Estados Unidos, donde el banco acordó una liquidación de 780 millones de dólares en 2009, y en Alemania, donde alcanzó un acuerdo de 300 millones de euros.
Los fiscales franceses ofrecieron un acuerdo de 1.100 millones de euros al mayor prestamista suizo, pero sus abogados afirmaron que las acusaciones fueron irracionales y que no hay evidencia material de irregularidades.
Según los fiscales, UBS ayudó a sus clientes franceses a evadir impuestos trasladando sus fondos a las sucursales en el período 2004-2012, a veces utilizando cuentas dobles, que según el banco eran solo para uso de sus empleados.
Ellos especularon que la mitad de los fondos involucran lavado de dinero. Las autoridades francesas también afirman que UBS envió vendedores a torneos de golf, fiestas de caza y conciertos de música clásica para atraer a clientes potenciales, aunque carecían de las aprobaciones necesarias.
Al parecer, les dieron a los clientes tarjetas de visita sin ningún logotipo y utilizaron software para un rápido borrado de datos. El tribunal estuvo de acuerdo con los fiscales en que la evasión fiscal se realizó en escala «industrial».
El caso, que UBS afirmó que estaba politizado, fue supervisado de cerca por los bancos europeos, que actualmente es cortejado por Emmanuel Macron, quien no había ocultado sus ambiciones de convertir a París en el centro financiero europeo después de que Reino Unido se fuera de la UE.
(Reporte especial de CEEMarketWatch para Valora Analitik)
