El Banco Mundial lanzó este 10 de enero su nuevo informe de perspectivas de crecimiento de la economía mundial con un fuerte recorte y con advertencias, principalmente, para los países emergentes.
De acuerdo con el reporte denominado Global Economic Prospects, el Banco Mundial estima que el crecimiento mundial “se está desacelerando drásticamente ante la inflación elevada, las tasas de interés más altas, la inversión reducida y las interrupciones causadas por la invasión de Ucrania por parte de Rusia”.
Dadas las frágiles condiciones económicas, sigue diciendo el informe, cualquier nuevo acontecimiento adverso, como una inflación superior a la esperada, aumentos abruptos de las tasas de interés para contenerla, un resurgimiento de la pandemia de COVID-19 o un aumento de las tensiones geopolíticas, podría empujar a la economía mundial a la recesión.
Y advierte que: “Esto marcaría la primera vez en más de 80 años que ocurren dos recesiones globales en la misma década”.
Las estimaciones
Con ese panorama a la vista, el Banco Mundial prevé que la economía mundial crezca apenas un 1,7 % en 2023 y un 2,7 % en 2024. En su informe anterior esperaba un crecimiento global de 3 % para ambos años.
Espera que la “fuerte desaceleración del crecimiento sea generalizada, con pronósticos revisados a la baja para 2023 para el 95 % de las economías avanzadas y casi el 70 % de las economías de mercados emergentes y en desarrollo”.
Durante los próximos dos años, estimaron los analistas del Banco Mundial en su reporte, se proyecta que el crecimiento del ingreso per cápita en las economías de mercados emergentes y en desarrollo alcance un promedio de 2,8 %, un punto porcentual completo menos que el promedio de 2010-2019.
En África subsahariana, por ejemplo, que representa alrededor del 60 % de las personas en situación de pobreza extrema del mundo, se espera que el crecimiento del ingreso per cápita durante 2023-24 promedie solo el 1,2 %, una tasa que podría hacer que las tasas de pobreza aumenten, no disminuyan.
“La crisis que enfrenta el desarrollo se está intensificando a medida que se deterioran las perspectivas de crecimiento mundial”, dijo el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass.
Y agregó que “los países emergentes (entre los que se encuentran todos los de América Latina) y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de lento crecimiento impulsado por la pesada carga de la deuda y la débil inversión a medida que el capital global es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés en aumento”.
Y, además, advierte el Banco Mundial que la debilidad en el crecimiento y la inversión empresarial agravará los ya devastadores retrocesos en educación, salud, pobreza e infraestructura y las crecientes demandas del cambio climático.
Más estimaciones
Dentro del reporte del Banco Mundial se prevé que el crecimiento en las economías avanzadas se desacelere del 2,5 % en 2022 al 0,5 % en 2023. Para 2024, la proyección bajó de 1,9 % a 1,6 % de crecimiento.
Durante las últimas dos décadas, las desaceleraciones de esta escala presagiaron una recesión mundial.
En Estados Unidos, pronostica la entidad que el crecimiento caerá al 0,5% en 2023, 1,9 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos anteriores y el desempeño más débil fuera de las recesiones oficiales desde 1970.
Para 2023 espera que el crecimiento de la zona del euro sea del cero por ciento, una revisión a la baja de 1,9 puntos porcentuales. En China, se proyecta un crecimiento del 4,3 % en 2023, 0,9 puntos porcentuales por debajo de las previsiones anteriores.
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Excluyendo a China, la estimación del Banco Mundial es que el crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se desacelere del 3,8 % en 2022 al 2,7 % en 2023, lo que refleja una demanda externa significativamente más débil agravada por la alta inflación, la depreciación de la moneda, las condiciones financieras más estrictas y otros obstáculos internos.
Para fines de 2024, los niveles del PIB en las economías emergentes y en desarrollo estarán aproximadamente un 6 % por debajo de los niveles esperados antes de la pandemia.
Aunque, dijo, se espera que la inflación mundial se modere, se mantendrá por encima de los niveles previos a la pandemia.
Emergentes
El informe ofrece la primera evaluación integral de las perspectivas a mediano plazo para el crecimiento de la inversión en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Durante el período 2022-2024, es probable que la inversión bruta en estas economías crezca alrededor de un 3,5% en promedio, menos de la mitad de la tasa que prevaleció en las dos décadas anteriores. El informe presenta un menú de opciones para que los formuladores de políticas aceleren el crecimiento de la inversión.
“La inversión moderada es una preocupación seria porque está asociada con una productividad y un comercio débiles y empaña las perspectivas económicas generales. Sin un crecimiento fuerte y sostenido de la inversión, es simplemente imposible lograr un progreso significativo en el logro de objetivos más amplios relacionados con el desarrollo y el clima”, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.
“Las políticas nacionales para impulsar el crecimiento de la inversión deben adaptarse a las circunstancias del país, pero siempre comienzan con el establecimiento de marcos sólidos de política fiscal y monetaria y la realización de reformas integrales en el clima de inversión”, agregó.
El informe también datos sobre el dilema de 37 estados pequeños, países con una población de 1,5 millones o menos. Estos estados sufrieron una recesión de COVID-19 más aguda y una recuperación mucho más débil que otras economías, en parte debido a las interrupciones prolongadas del turismo.
En 2020, la producción económica en los estados pequeños cayó más del 11%, siete veces la caída en otras economías emergentes y en desarrollo. El informe encuentra que los estados pequeños a menudo experimentan pérdidas relacionadas con desastres que promedian aproximadamente el 5% del PIB por año. Esto crea serios obstáculos para el desarrollo económico.
Los formuladores de políticas en los estados pequeños pueden mejorar las perspectivas de crecimiento a largo plazo al reforzar la resiliencia al cambio climático, fomentar la diversificación económica efectiva y mejorar la eficiencia del gobierno, dijo el Banco Mundial en su reporte.
El informe insta a la comunidad mundial a ayudar a los pequeños estados manteniendo el flujo de asistencia oficial para apoyar la adaptación al cambio climático y ayudar a restaurar la sostenibilidad de la deuda.