En el informe trimestral julio-septiembre, el Banco Central de México aumentó nuevamente sus pronósticos de inflación para el cierre de 2021 así como para 2022 y 2023.
De acuerdo con Banxico, la inflación cerraría el año en 6,8%, superior en 1,1 puntos porcentuales frente a la estimación anterior de 5,7%, pero luego de este pico iniciaría la senda de descenso para ubicarse cerca de la meta de 3% hacia finales de 2023. (Vea aquí más noticias internacionales).
El Banco Central explicó que “la pandemia ha implicado una secuencia de choques al alza que han influido sobre las previsiones de inflación” y añadió que “el ajuste incorpora el comportamiento que se ha observado, y que se prevé, para los precios de los energéticos, así como mayores incrementos en los precios agropecuarios”.
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Sin embargo, destacó que, dado que se trata de choques inflacionarios provisionales, las modificaciones en los pronósticos de inflación de México se hicieron únicamente para el corto plazo.
Entre las presiones al alza que puede enfrentar la inflación del país se encuentran mayores choques externos que eleven los precios de “materias primas, incluyendo los energéticos, de insumos en general, o de costos de transporte, así como por problemas logísticos en las cadenas globales de producción o una reorganización geográfica de estas con costos de ajuste”, señaló Banxico.
Por el contrario, una presión a la baja podría ser una revaluación del peso mexicano o un mayor efecto de la brecha del producto, que llevaría a que los mayores costos de producción no se trasladen al consumidor final.
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