
Todos los analistas económicos y hasta el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) coinciden en que un recorte en el gasto es necesario no solo para cumplir con la Regla Fiscal sino para evitar lo que el Banco de Bogotá califica como “una posible crisis aguda de caja”.
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En un informe especial, la Dirección de Investigaciones Económicas de la entidad dijo que el nuevo ministro de Hacienda, Germán Ávila, difícilmente logrará que su gestión tenga efectos significativos en las finanzas públicas, “dado que la poca experiencia en varios cargos clave impide vislumbrar una mejora relevante”.

En materia de ingresos, el margen de Ávila es bajo y en lo que respecta a gastos el anterior ministro, Diego Guevara, había sido enfático en la necesidad de hacer recortes al presupuesto para mitigar una posible crisis aguda de caja (o liquidez) y que el Gobierno pueda honrar sus compromisos de pago de deuda, funcionamiento o inversión.
Analistas de diferentes entidades han coincidido en el llamado a hacer recortes de hasta $27 billones (cálculos de Fedesarrollo), pero el Gobierno no ha confirmado aún qué paso dará en esta dirección. “De no hacerse, las entidades públicas seguirán comprometiendo las partidas asignadas en el presupuesto y a la Nación no le quedará más salida que aumentar su deuda para honrar los pagos”, subrayó el análisis.
Las cifras más recientes del Ministerio de Hacienda y la DIAN revelaron que el déficit fiscal inició el año en su nivel más alto de la historia reciente y que, aunque el recaudo tributario subió en enero y febrero, no alcanza las metas del Gobierno.

Cálculos del Banco de Bogotá anticipan un faltante de ingresos de $30 billones y un mayor gasto de $10 billones, lo que se traduce en una necesidad de financiamiento de $40 billones, “una cifra abrumadora que el mercado local difícilmente absorberá, por lo que será clave analizar la estrategia de financiamiento de la Nación (emisión local vs. global)”, señala el documento.
Los expertos de la Dirección de Investigaciones Económicas ya habían advertido que el déficit fiscal de 2025 difícilmente cumpliría la meta del Gobierno del -5,1 % del Producto Interno Bruto (PIB), de hecho, estiman que la cifra se acercaría al -6,7 % del PIB ante los riesgos a la baja en ingresos y al alza en gastos.
“Para cuantificar, lo anterior significaba que el desbalance entre ingresos y gastos no sería de $90,8 billones, sino que superaría a los $120 billones, traduciéndose en mayor endeudamiento. Así, la sostenibilidad de las finanzas públicas estaba en juego”, anotó la entidad.
El Banco de Bogotá sumó además una preocupación a este panorama: entre el nuevo ministro, Germán Ávila, y los actuales viceministros, la de mayor experiencia en la entidad es la viceministra técnica, quien ingresó en junio de 2024 y está por salir. Además, el director de Presupuesto Nacional solo lleva ocho meses en su cargo y a la fecha no hay director de Crédito Público posesionado.
“La salida de Guevara es negativa ya que, además de la razón detrás de su cambio (ajuste del gasto), en pocas semanas había logrado mejoras en la transparencia y mayor claridad en la estrategia fiscal, dada su experiencia acumulada en la entidad (2,5 años)”, concluyó la entidad financiera en su análisis.
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