El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) rebajó sus tasas de interés en 25 puntos básicos, hasta el 3 %.
La tasa se había mantenido en el 4 % desde septiembre de 2023 y esto cambió en junio de este año, cuando se presentó el primer recorte del actual ciclo de flexibilización
La decisión de este jueves se produjo en un contexto en el que la inflación general se estableciera cerca del objetivo del 2 % del BCE, mientras que los indicadores de crecimiento muestran signos continuos de deterioro en las grandes economías manufactureras de la zona euro, incluida Alemania.
El BCE ha guiado las expectativas este año, a diferencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, que sorprendió a muchos con su recorte de tasas de 50 puntos básicos en septiembre, y el Banco de Inglaterra, que ha dejado a los observadores del mercado con la duda debido a su comité dividido.
Como afirmaron medios internacionales, dos detalles fueron claves en la decisión de hoy. En primer lugar, las proyecciones macroeconómicas del personal sobre el crecimiento y la inflación, que se dieron a conocer por última vez en septiembre.
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Y, por otro lado, si el BCE modificará su mensaje constante de que “mantendrá los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”.
Banco Central Europeo, expectante a políticas de Trump
Expertos advierten que la trayectoria del Banco Central Europeo para los recortes de tasas en 2025 dependerá del impacto de las políticas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en la economía global y en el crecimiento de la zona euro.
Stefan Gerlach, economista jefe de EFG Bank le dijo a CNBC que “de llegarse a presentar barreras comerciales que amenazan con desacelerar aún más la economía europea. Entonces puedo imaginar perfectamente que el BCE decidirá recortar los tipos de interés un poco más rápidamente, un poco más a menudo”.
Y es que Trump ya ha amenazado con aplicar aranceles universales a las importaciones de Estados Unidos, lo que ha provocado temores de represalias y de una guerra comercial global que desacelere el crecimiento. La zona del euro es vista como especialmente vulnerable. Los economistas también han señalado que la desregulación y los recortes de impuestos previstos podrían alejar la inversión de Europa.