El dinero que los migrantes envían a sus países de origen gana cada vez más importancia en la economía de los hogares porque les permite aumentar el consumo en bienes básicos y el gasto en rubros determinantes para mejorar la calidad de vida.
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En Colombia, estos ingresos externos han venido aumentando a una tasa promedio anual cercana al 10 % en los últimos tres años. Las estadísticas del Banco de la República evidencian un crecimiento del 15 % entre 2023 y 2024 y del 7 % un año atrás.
En 2023, las remesas que recibió el país superaron por primera vez los US$10.000 millones y representaron el 2,8 % del PIB. Al final de este 2024 podría repetirse ese hito, pues las cifras preliminares de enero a agosto ya suman US$7.639 millones. De hecho, en junio de este año se superaron por primera vez los US$1.000 millones mensuales.
Una publicación del banco central destaca que los ingresos externos de remesas hacia Colombia están creciendo a tasas superiores a las que lo hace la economía nacional, “lo que ha llevado a que su proporción con respecto al producto interno bruto (PIB) alcance un máximo histórico de 2,8 % en 2024, cuando hace una década apenas representaban el 1,1 % del PIB”.
Gracias a ello, ha crecido también el peso que tienen las remesas en el ingreso de los hogares. Según cifras del DANE, las remesas pasaron de participar con el 3 % del ingreso disponible de los hogares en 2020 a hacerlo con el 3,6 % en 2023. Lo propio sucede con el aporte que hacen estos recursos al consumo de los hogares (se movió del 3,6 % al 3,9 % en tres años).
“Para poner en perspectiva, los ingresos por remesas en 2023 representaron el 65 % de los ingresos obtenidos por exportación de petróleo y derivados, la quinta parte del total de las exportaciones de bienes y fueron suficientes para financiar más que proporcionalmente el déficit comercial de bienes”, escribió Andrés Felipe Medina en un análisis económico del BBVA Research en marzo de este año.
Por qué crecen las remesas hacia Colombia
La publicación del Banco de la República advierte que el incremento de la población colombiana residente en el exterior, debido a un importante flujo migratorio durante la última década, se ha reflejado en el aumento de los ingresos por remesas familiares.
El análisis de Medina del BBVA Research cita que actualmente 3,2 millones de colombianos viven en el exterior, un 4,4 % más que los registrados en 2022. En consecuencia, las estadísticas del Emisor dejan ver que menos de un millón de personas recibían remesas en 2016, pero para junio de 2024 ya eran 2,1 millones de colombianos.
Otro determinante son las oportunidades laborales que la población migrante ha encontrado en el extranjero, particularmente en Estados Unidos y de España. Estos dos países concentraron el 66,6 % del total del flujo de remesas remitidas a Colombia para el tercer trimestre de 2023.
El incremento en los flujos de remesas no es fenómeno exclusivo de Colombia. Recientemente, el Banco Mundial destacó que estas transferencias continuaron siendo una fuente crucial de financiamiento externo para los países en desarrollo en 2023 y “contribuyeron a fortalecer las cuentas corrientes de varias naciones que luchan contra la inseguridad alimentaria y los problemas de deuda”.
El organismo estima que en 2023 los flujos de remesas enviados oficialmente hacia países de ingreso bajo y mediano alcanzaron una cifra estimada de US$656.000 millones (tasa positiva del 0,7 %), superando las cifras de inversión extranjera directa y asistencia oficial para el desarrollo. Además, proyecta que para 2024 las transferencias a estos países crecerán a un ritmo del 2,3 %.
“La migración y las remesas conexas son motores esenciales del desarrollo económico y humano”, concluyó Iffath Sharif, directora de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.