Los mercados emergentes son hoy por hoy el grupo de crédito más grande, de más rápido crecimiento y posiblemente menos comprendido del mundo, según un informe de la firma de inversión Pimco.
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Es por esto que el líder mundial en renta fija recomienda utilizar la deuda de los mercados emergentes como una herramienta de diversificación para reducir el riesgo, en lugar de hacerlo como una fuente de búsqueda de altos rendimientos, “dando prioridad a los países de menor riesgo y a las estructuras de deuda sénior”.
Incluso el Banco de Pagos Internacionales destacó que la deuda de los mercados emergentes se ha convertido en la mayor fuente de crédito del mundo, superando a la de Estados Unidos en la última década porque muchos de sus atributos fundamentales se han transformado.
“Contrariamente a lo que se cree, los mercados emergentes suelen recompensar a los inversores que minimizan las pérdidas en lugar de maximizar las ganancias y que evitan las posiciones concentradas en países de alto rendimiento”, resaltó Pimco.
Según la firma, las características de composición, riesgo, rentabilidad y correlación de la deuda de los mercados emergentes se han transformado a lo largo de los años; sin embargo, muchos inversores recurren a ella por las razones equivocadas o pasan por alto las mejores partes.
Datos de la empresa de servicios financieros Morningstar revelan que la gestión activa de la deuda emergente ha superado sistemáticamente a la inversión pasiva.
A mediados de la década de los 2000, los inversionistas dejaron de lado el riesgo en torno a los acontecimientos macroeconómicos y se concentraron en operaciones ascendentes que no estaban correlacionadas con los ciclos electorales, los acontecimientos geopolíticos u otros eventos sistémicos.
“La deuda de los mercados emergentes solía caracterizarse por una mayor distribución de los resultados más extremos. Pero ahora su distribución de rendimientos se asemeja a la de las clases de activos más convencionales, como la deuda corporativa de Estados Unidos”, describió Pimco.
Y es que, según la firma, la deuda de los mercados emergentes tiene tasas de impago y recuperación similares a las de la deuda corporativa estadounidense, pero también más volatilidad, especialmente para los emisores de menor calidad.
“A medida que el mercado ha evolucionado, también deben adaptarse las estrategias de inversión”, concluyó Pimco.
Por esta razón, la firma recomienda considerar la inversión en deuda de mercados emergentes no para buscar rentabilidades elevadas sino por sus beneficios de diversificación en relación con otros sectores de diferenciales.
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