En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, hay siete estados clave, conocidos como «Estados bisagra», que suelen definir al ganador debido a su influencia en el Colegio Electoral.
En los últimos comicios, las tendencias en estos Estados fueron cruciales para determinar el resultado final, ya que cada uno aporta un número importante de votos.
Los votos electorales se reparten cada 10 años a medida que los estados ganan o pierden escaños en función de sus fluctuantes poblaciones.
Esas determinaciones se realizan en función de los resultados del censo de Estados Unidos. Si la población de un Estado aumenta en relación con la de otros, puede ganar uno o dos escaños. Si su población disminuye, el escaño puede irse a otro sitio.
Los Estados decisivos en las elecciones de Estados Unidos en 2024 eran:
• California – 54 votos electorales
• Texas – 40 votos electorales
• Florida – 30 votos electorales
• Nueva York – 28 votos electorales
• Pensilvania – 19 votos electorales
• Illinois – 19 votos electorales
• Georgia – 16 votos electorales
• Michigan – 15 votos electorales
• Carolina del Norte – 16 votos electorales
El mapa electoral de Estados Unidos
En las elecciones de 2020, Joe Biden, actual presidente demócrata de los Estados Unidos, logró conquistar los votos electorales de California, New York, Pensilvania, Illinois, Georgia y Michigan.
Este 2024 el Estado de California se pintó de azul con la contundente victoria de Kamala Harris, quien, con el 58,4 % de los votos y el 49 % de las mesas escrutadas, alcanzó cerca de 5 millones de sufragios, sobre Donald Trump, quien obtuvo aproximadamente 3 millones de votos.
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En Texas, un bastión tradicionalmente republicano, Donald Trump, mantuvo su dominio, ganando con el 56,6 % de los votos frente al 42,1 % obtenido por Harris, con el 95 % de los votos escrutados.
Florida, otro Estado clave, también favoreció a Trump, quien logró el 56,1 % de los votos con el 99 % del escrutinio, mientras que Harris alcanzó el 42,9 %, quedando a una distancia de cerca de 2 millones de votos respecto al republicano.
Nueva York, como era previsible, respaldó a la candidata demócrata. Harris obtuvo el 55,4 % de los votos frente al 44,6 % de Trump con el 96 % escrutado, reafirmando su estatus como un Estado tradicionalmente azul.
Por último, en Pensilvania, un Estado con 19 votos electorales, la contienda fue reñida. Donald Trump logró el 50,9 % de los votos, superando a Harris, que alcanzó el 48,2 %, con el 96 % de las mesas escrutadas, consolidando una ligera ventaja republicana.
Los resultados de estos cinco Estados, considerados decisivos en las elecciones y delinearon el mapa electoral de la primera potencia del mundo.
Por un lado, California y Nueva York reafirmaron su apoyo a los demócratas, con amplias ventajas para Kamala Harris. Sin embargo, Texas y Florida continuaron siendo territorios republicanos, donde Donald Trump consiguió victorias significativas.
En cuanto al Senado, los republicanos han recuperado el control, poniendo fin a cuatro años de mayoría demócrata. El gobernador de Virginia Occidental, Jim Justice, y Bernie Moreno en Ohio, lograron victorias clave que aseguraron el dominio republicano en la cámara alta, un cambio esperado que garantiza que al menos una de las cámaras legislativas estará bajo el liderazgo del partido de Donald Trump.