La inclusión financiera sigue avanzando en Colombia y Latinoamérica gracias a nuevas opciones de ahorro, inversión y productos financieros digitales que ganan terreno rápidamente.
Según el último reporte de Inclusión Financiera de la Superintendencia Financiera, esta inclusión en los adultos de Colombia llegó al 94,6% en el 2023.
Este porcentaje es el reflejo de cómo cada vez más personas cuentan con al menos un producto en el sistema financiero como cuentas de ahorros, productos transaccionales o de financiamiento formal.
Como complemento a lo anterior, los productos de inversión como los fondos de inversión colectiva (FIC) han venido ganando terreno, al punto de que actualmente hay cerca de 2 millones de colombianos que tienen inversiones en FIC, sumando cerca de $98 billones a septiembre de este año, solamente en los fondos administrados por las sociedades fiduciarias (cifras de Asofiduciarias).
A pesar de estos avances, aún persisten desafíos en educación financiera ya que solo el 16,4 % de los colombianos encuestados entiende conceptos clave como el interés compuesto, la inflación o la diversificación del riesgo. Esto evidencia una brecha que impide que más personas aprovechen las oportunidades que ofrece el mundo financiero.
«El interés compuesto se puede entender como la capacidad de ganar no solo intereses sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses ya generados. Esto significa que las inversiones pueden experimentar un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo. En esencia, el interés compuesto se convierte en una herramienta poderosa que maximiza las ganancias de cada inversor”, explicó Mario Estupiñán, presidente de Fiduciaria de Occidente.
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Y agrega: “Por ejemplo, si una persona invierte $1.000.000 a una tasa de 10 % anual, el primer año el interés generado es de $100.000 (10 % de $1.000.000), pero el segundo año el interés se calcula sobre $1.100.000 (el capital inicial más los intereses del primer año), lo que supone unos intereses de $110.000; el tercer año el interés se calcula sobre $1.210.000, lo que da $121.000 y así sucesivamente. En contraste, si el mismo ejercicio se hiciera con interés simple, este inversionista solamente ganaría $100.000 de interés cada año. Esto es un ejemplo sencillo de como el interés compuesto favorece el crecimiento del capital”.
Esta herramienta financiera no solo permite incrementar el capital, sino que también ofrece ventajas significativas a largo plazo y es ideal para quienes piensan en su futuro, por ejemplo, como un complemento a la pensión, ya que mientras más tiempo mantenga su dinero invertido, mayores serán los rendimientos obtenidos.
Además, puede ayudar a mitigar el impacto de la inflación, ya que, al generar rentabilidades superiores a esta, se protege el poder adquisitivo del inversor.
Otra ventaja del interés compuesto es la posibilidad de generar ingresos pasivos. Aunque al inicio las ganancias pueden parecer modestas, con el tiempo estas se convierten en una fuente estable de ingresos y los productos financieros que ofrecen interés compuesto permiten diversificar el portafolio en opciones como cuentas de ahorro de alto rendimiento, bonos, acciones con dividendos y fondos de inversión.
Para esto, no se necesitan grandes sumas de dinero para comenzar, en el mercado actual hay productos accesibles para todos los niveles de inversión, como los fondos de inversión colectiva, que permiten iniciar desde $50.000.
“La clave para aprovechar estas oportunidades está en la educación financiera. Es esencial que las personas comiencen a planificar sus ahorros e inversiones de manera estratégica. Crear un presupuesto que permita equilibrar el ahorro y la inversión es el primer paso para tomar decisiones informadas y empezar a aprovechar el poder del interés compuesto”, concluyó Estupiñán.