La región Caribe colombiana concentra más del 80 % de las ciénagas del país, humedales que entre sus principales características está el control de inundaciones. Conscientes de esa importancia, habitantes de Barranquilla y Tecnoglass adelantaron una jornada de reverdecimiento de la ciénaga de Mallorquín. La jornada contó con el apoyo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico.
Tecnoglass donó 30.000 plántelas a los pescadores para que ellos las sembraran en la ciénaga. Esta amortigua las aguas de la desembocadura del río Magdalena al lado del canal Bocas de Ceniza. Se trató de una jornada que tuvo como objetivo la ampliación del sistema ambiental existente.
Así fue la jornada de siembra en la ciénaga de Mallorquín
La jornada contó con la participación de los habitantes de los barrios Las Flores y La Playa. Ambos quedan sobre la ciénaga. Allí, la Fundación Tecnoglass ha afianzado su labor social.
El propósito fue la reactivación de la pesca en la ciénaga de Mallorquín. Esto, porque los manglares cumplen otro importante propósito, además de la amortiguación del agua. Es el espacio donde los peces que nadan por el Magdalena desovan.
Además, como explica el Banco Mundial, “los manglares tienen el doble de la capacidad de almacenamiento de carbono (1.000 toneladas por hectárea) que la que tienen los bosques de tierras altas y cinco veces más que los bosques de sabana”.
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“Para la Fundación es de gran importancia ayudar a las comunidades y contribuir al desarrollo de la ciudad. También incentivar que las personas tomen conciencia de lo que estamos viviendo”, explicó Amanda González, de Tecnoglass.
La labor ambiental de Tecnoglass en la ciénaga de Mallorquín busca aprovechar al máximo los elementos reciclables de la planta de producción. Así, las plántelas donadas fueron sembradas en cajones que la empresa utiliza para la protección de las materias primas que usa la fábrica.
Así fue la siembra:
