Se espera que las principales empresas petroleras y energéticas de Occidente obtengan un beneficio combinado récord de US$200.000 millones en un turbulento 2022, marcado por la enorme volatilidad de los precios del petróleo y el gas tras la invasión rusa de Ucrania.
Según Reuters, rebosantes de efectivo, BP, Chevron, Exxon Mobil, Shell y TotalEnergies también ofrecieron a los accionistas una rentabilidad sin precedentes a través de dividendos y recompras de acciones el año pasado.
Se espera que estas empresas registren utilidades combinadas de US$199.000 millones para 2022, cuando presenten sus resultados trimestrales finales a finales de este mes y principios de febrero.
Se prevé que los beneficios disminuyan a US$158.000 millones este año debido a la debilidad de los precios de la energía y a las preocupaciones inflacionistas, pero esa cifra seguiría estando muy por encima del récord anterior de 2011, según las estimaciones de los analistas reveladas por Refinitiv.
La fortaleza de 2022 también ayudó a estas empresas a reducir su deuda a un total de US$100.000 millones, el nivel más bajo en 15 años, lo que les permitirá empezar 2023 más preparadas de cara a cualquier futura recesión.
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La deuda neta alcanzó un máximo histórico de unos US$270.000 millones en 2020, cuando se endeudaron de manera notable para capear la pandemia de Covid-19.
Preocupaciones de las empresas petroleras
Sin embargo, los beneficios extraordinarios podrían reavivar los llamamientos a los Gobiernos de todo el mundo para que aumenten los impuestos extraordinarios sobre el sector, en un momento en que las economías sufren los elevados precios de la energía.
Shell destinó US$2.400 millones a impuestos adicionales en 2022 por impuestos extraordinarios en Europa y el Reino Unido, mientras que Exxon dijo que los impuestos extraordinarios en todo el mundo costarían a la compañía al menos US$2.000 millones en 2023, según Reuters.
Exxon y Chevron obtuvieron cerca de US$100.000 millones en 2022 y fueron los que más ganaron, según las estimaciones.
Fueron las que más se beneficiaron de los altos precios de la energía, al verse recompensadas por una estrategia de generación de efectivo centrada en los combustibles fósiles que contrastó con la apuesta de las grandes europeas por las renovables.
Algunos consejos de administración respondieron al repunte de los precios restableciendo algunas de las inversiones recortadas durante la pandemia, sobre todo en la producción de petróleo y gas de esquisto en Estados Unidos, que puede incrementarse rápidamente.
De acuerdo con Reuters, Exxon y Chevron planean un aumento del 10 % en sus inversiones este año en comparación con 2022, hasta un total de unos US$41.000 millones.
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Incluso BP, que pretende reducir su producción de petróleo y gas en un 40 % para finales de la década, ha incrementado drásticamente el gasto en esquisto estadounidense y en el golfo de México.
Aunque es poco probable que los productores europeos reduzcan significativamente su gasto, podrían utilizar parte de su exceso de liquidez para invertir más en energías bajas en carbono.
Shell, BP y TotalEnergies, que aspiran a expandirse rápidamente en energías renovables en los próximos años, aumentaron el ritmo de adquisiciones de negocios con bajas emisiones de carbono el año pasado, incluidos los de energía solar, eólica y biogás, indicó Reuters.
Vale mencionar que aún no han dado a conocer sus planes para 2023.
Bancos como HSBC y JP Morgan prevén un mayor potencial alcista para los valores europeos este año, después de que las grandes petroleras estadounidenses lideraran el rendimiento en acciones y beneficios en 2022.
(Con información de Yahoo Finanzas)