Amarilo, una de las constructoras más grande en Colombia, anticipa que tendrá un importante repunte en ventas de vivienda, en medio de un momento considerado como el mejor para comprar casa.
Las tasas bajas y la reducción de la inflación ha sido clave para que el sector comience a ver la luz al final del túnel y vuelva a ver proyecciones positivas para el cierre de este año y el 2025.
Así lo asegura Roberto Moreno, presidente de Amarilo, quien habló con Valora Analitik en medio del Congreso Colombiano de la Construcción de Camacol, realizado esta semana en Barranquilla.
El empresario también se refirió a temas coyunturales del sector, como el macroproyecto inmobiliario Lagos de Torca y la situación vivida esta semana en Bogotá, por cuenta de las fuertes lluvias y las inundaciones en el norte de la ciudad.
A inicios de año, usted dijo que el sector constructor mejoraría en 2024. ¿Se ha cumplido esa premisa?
Como he dicho, primero tuvimos la pandemia y posterior a ello vino un período de bajas tasas de interés y de fuerte ahorro de las familias, además de que todas las personas pasaron a estar en sus casas todo el tiempo. El hogar, el entretenimiento y el trabajo todos unido.
Esta situación habilitó que mucho tuvieran cambios de casas y se disparó la venta de vivienda. Fue uno de los mejores momentos para el sector, porque las tasas estaban muy bajitas.
No obstante, después pasó lo contrario y se alinearon los astros al revés. Hubo presión en los costos, altas tasas de interés y alta inflación, con lo cual la capacidad de pago de las familias se redujo.
Ahora, ya decantamos esta situación y, como lo dije a inicios del año, ya estamos nivelados y hay una recuperación leve frente el año pasado. Además, debemos aplaudir las medidas de los bancos, que empezaron con Bancolombia bajando la tasa al 10 %, y creo que las tasas deben llegar a niveles de entre 8,5 % y 9,5 %.
Con estas, mejora la capacidad de pago de las familias. La mayor gasolina para nuestro sector es bajar las tasas de interés, porque así se incrementa la capacidad de pago de las familias y un arriendo se asemeja a una cuota de un crédito.
¿Ha repuntado el interés de los colombianos en comprar vivienda?
Así es y hay algo adicional si miramos lo que ha sucedido con el salario mínimo. En 2021 subió 10 %, en el 2022, 16 % y en el 2023 aumentó 12 %, es decir, 38 % en total. Pero las viviendas no han subido el 38 %, sobre todo la no VIS.
Así las cosas, este es uno de los mejores momentos para comprar, porque hay bajas tasas de interés nuevamente y una menor presión de la inflación y los costos, y probablemente un catch up (ponerse al día), porque la finca raíz normalmente se mantiene con la inflación y no se ha hecho el catch up de esa inflación que vino.
Entonces, el que compre ahorita sobre planos, que se le va a entregar en dos años, va a tener tasas más bajitas y una valorización que va a tener en la vivienda, o sea, es un muy buen momento para comprar.
¿Eso implicará que Amarilo termine el 2024 con ganancias?
Nosotros primero prevendemos y después construimos, entonces lo que estamos escriturando hoy fueron viviendas que vendimos en el 2021 y 2022.
Con esto, sobre todo en la vivienda no VIS, nos tocó el golpe del costo de construcción, que nos afectó los márgenes en algunos proyectos, porque vendemos a precio fijo y eso generó una valorización a quien nos compró, pero nos afectó un poco a nosotros.
No obstante, ya vemos una recuperación hacia adelante sin ningún problema y Amarilo sigue siendo el número uno en ventas.
¿Cómo van sus planes de construir grandes proyectos como Ciudad Verde o Lagos de Torca?
Esa fue una estrategia que tomamos desde el 2010 cuando soñamos en Ciudad Verde, en Soacha, un proyecto de 52.000 viviendas. Soñamos con hacer un proyecto de ciudad dentro de la ciudad, que es un concepto que se ha usado en el mundo entero e incluye tener todo a la mano.
Esto incluye un buen urbanismo, parques lineales, buenas vías, buenos andenes y va acompañado de sus equipamientos, con construcciones como colegio, biblioteca, centro de salud, centro comercial, hospital, etc.
Otro ejemplo está en Lagos de Torca, en el norte de Bogotá, al cual le venimos apostando desde hace ocho años, donde tenemos una presencia importante e incluso ya estamos entregando viviendas.
Ese va a ser un nuevo modelo de ciudad, sobre todo porque ya están los colegios, hay 38, y el tema ambiental es maravilloso, porque este proyecto va a permitir financiar todas las vías que se deben hacer para mejorar la movilidad del sector.
Además, se van a recuperar nueve quebradas que vienen de los cerros, se va a recuperar el humedal Torca – Guaymaral, lo cual es clave. Ustedes vieron lo que pasó esta semana en Bogotá con las lluvias en la Autopista Norte y esto es porque no se han hecho las obras.
Algunos creen que los proyectos van en contravía del medioambiente. ¿Cómo lo ve usted?
Todo lo contrario: la prohibición total es lo peor que le puede pasar al medioambiente, porque la manera de cuidarlo es que haya inversión y que existe una convivencia entre lo urbano y lo ambiental.
Precisamente, en Amarilo acabamos de lanzar una política de biodiversidad, porque lo que hacemos con estos grandes proyectos es ir a territorio, entender qué hay ahí de la biodiversidad.
Por ejemplo, en la zona del proyecto El Otoño, en Lagos de Torca, estaba ubicado el autódromo de Bogotá. Ahí había un autódromo, hubo cultivos de flores. Entonces llegamos y estamos recuperando esa biodiversidad y los habitantes llegarán a convivir con esta biodiversidad.
La manera de verdad de salvar el medio ambiente es que haya inversión y que haya incentivos para la inversión, pero la prohibición total no funciona. Si miramos, por ejemplo, la ampliación de la Autopista Norte y la Carrera Séptima, estamos esperando la licencia ambiental desde hace tiempo. Si se hacen las obras, no habría inundaciones como las que hubo esta semana.
Otro caso se presenta en la ampliación de la Avenida Boyacá. Ya lo dijo Brigitte Baptiste, la manera de cuidar es haciendo las obras, además trae inversión, empleo y eso es maravilloso para la ciudad y el país.
¿Y qué efecto tiene en la mayor demanda de vivienda?
Si no hay un desarrollo ordenado llega el que es informal, porque la gente necesita su vivienda, entonces o llega formal o informalmente.
Si esto pasa, a futuro se debe arreglar el problema y eso vale tres o cuatro veces más; es una inversión muy costosa para el Estado. Pero también volviendo al modelo de lagos de Torca, quienes estamos haciendo toda la inversión somos los privados. La ciudad dio las herramientas y todos los incentivos para que ocurriera el desarrollo.
En ese sentido, yo digo que lo que funciona mejor es una alianza público – privada perfecta, en la cual trabajemos en equipo, porque a lo público solo le queda muy difícil y lo privado, si no tenemos lo público de la mano, tampoco lo podemos hacer.
¿Qué esperar para Amarilo al cierre de 2024 y el próximo año?
Nosotros vamos a terminar muy bien, por ahí un 5 % por encima del año pasado en ventas. Entre 5 % y 10 % por encima en ventas. Hace apenas unas semanas, tuvimos cuatro lanzamientos y estamos superando las expectativas de ritmos de ventas.
Ya vemos una mayor acogida, sobre todo por lo que contaba antes de que la gente está diciendo: ‘Oiga, dónde puedo meter mis ahorros’ y encuentran que puede ser en una casa. Este es uno de los momentos para comprar y vemos un año entrante muy valioso.