Bajo un contexto en que se espera que la economía se acelere, pero crezca por debajo del potencial, los altos precios del petróleo ofrecen una posible expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia: un incremento del 10 % en el precio del crudo podría sumar 0,3 % al crecimiento económico, señaló un reporte del banco de inversión japonés Nomura.
Colombia es un “ganador claro” de la actual coyuntura del petróleo, dijo el informe para 26 economías emergentes, en que también se incluyeron las categorías “perdedores” y “aquellos en el medio”.
Argumentó que aproximadamente un tercio de las exportaciones del país están vinculadas al petróleo. Esto, en el contexto de un déficit en cuenta corriente (3,3% del PIB en 2017), que es más amplio que sus pares regionales, debería ayudar a mejorar las perspectivas de las cuentas externas.
Precisó que un aumento del 10 % en los precios del petróleo debería reducir el déficit en cuenta corriente a menos del 3 % del PIB, “lo que es un buen augurio para los flujos financieros”.
No obstante, precisó que los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) relacionados con el petróleo, que han disminuido significativamente en los últimos años, y las bajas reservas en los últimos cinco años de producción limitan los beneficios en ese frente.
Añadió que el impacto de los precios del petróleo sobre la inflación debería ser muy limitado, por una tasa de cambio fuerte y una dinámica inflacionaria aún favorable.
“A pesar del claro impacto positivo, esto aún no resuelve las perspectivas fiscales de Colombia, que aún deberán ser tratadas por la administración entrante después de las elecciones presidenciales de este año”, afirmó el reporte de Nomura.
Por lo tanto, aunque es un desarrollo positivo desde la perspectiva de la calificación crediticia, no considera que los niveles actuales de precios del petróleo sean suficientes para garantizar actualizaciones de calificaciones.
Además de medir la exposición a los precios al alza del crudo, los especialistas del banco de inversión japonés consideraron las posiciones de partida de los fundamentos económicos de cada país, el alcance de las respuestas de política y otros factores idiosincrásicos, como los riesgos geopolíticos.